El presidente de la República, Pedro Pablo Kuczynski llegó el último fin de semana a Iquitos. La primera vez lo hizo el sábado 25 de marzo y su contacto con la población fue casi nula. En su visita del pasado viernes 28 de abril el mandatario se dejó ver solo a través de los medios de comunicación, pues en su recorrido por las calles de la ciudad y ante el saludo de los pobladores dejó ver los dedos de su mano.

Pocos han tenido la suerte, incluso a empujones, de estar a escasos centímetros de PPK. Ello ha llevado a la crítica de algunos colegas por la forma de estar en contacto con los pobladores de las ciudades que visita.

Si hiciéramos un recuento, al menos de los presidentes que yo recuerde, que han visitado en más oportunidades la Amazonía, quien se lleva la delantera es Alberto Fujimori, claro, por el mayor tiempo de gobierno. Luego sigue Ollanta Humala, muy cerca Alejandro Toledo, viene Alan García (tomando en cuenta su segundo gobierno) y superando al líder aprista, el actual mandatario con dos visitas.

Pero, de qué le sirve a los pobladores de una ciudad o región ser visitado en mayor o menor número por un presidente de la República. Creo que casi nada, por no decir nada.

A ello vale recordar quiénes nos han gobernado regional y localmente, y cuánto de beneficio le ha traído a una autoridad de turno estar cerca de un presidente de la República.

Desde 1990 han pasado 27 años, dejando de lado el quinquenio aprista, y vale la pena recordar cuánto nos hemos desarrollado como ciudad y región, y cuánto ha sido el aporte de los gobernantes nacionales.

Muchos técnicos, aquellos que no quieren ser llamados políticos, han escrito innumerables artículos sobre las obras de desarrollo que beneficiarían a Loreto. Desde carreteras, interconexiones, hidroeléctricas, puentes y todo, que quedan solo en deseos y escritos, pues autoridad que llega al gobierno nacional, regional y local siguen su propio norte y dejan de lado lo que la autoridad anterior pudo haber planificado pensado en el beneficio de todos y no en su bolsillo.

Será por eso que vamos a llegar al Bicentenario y seremos, sin duda, la ciudad con la mala suerte de no haber logrado un verdadero desarrollo. Como para decir que ni licenciados, ni abogados, ni ingenieros, ni arquitectos, ni técnicos, ni nada, han logrado hasta el momento que tengamos realmente una ciudad y región con servicios básicos medianamente decentes, es decir con una buena energía eléctrica, un buen servicio de agua, una ciudad con el servicio de internet acorde a las necesidades, una ciudad más limpia, ordenada y mucho más.

Seguro al igual que muchos, seguiré escribiendo en lo que creo que nos falta y criticando a las autoridades de turno, en su condición como tal. Solo espero que las próximas generaciones gocen y sientan mayor orgullo de vivir en una ciudad y región que haya superado sus carencias, porque la nuestra está un poco lejos de poder disfrutar alguna mejora como ciudad y región.

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