Basura en Punchana

ESCRIBE: Jaime Vásquez Valcárcel

La basura y la leche son dos rubros opuestos que han encontrado una coincidencia en por los menos los municipios de Belén, San Juan, Punchana y Maynas. Y no hablo de coincidencias menores sino fantásticas para quien se dedica a su recojo, en el primero de los casos, y a su comercialización en el segundo.

Pero cada año uno no encuentra límites para la sorpresa al ver que el alcalde de una municipalidad que está puesto en ese puesto –se supone- para tener su jurisdicción limpia y a los beneficiarios del Programa Vaso de Leche bien nutridos y, por ende, preparados para el futuro, se empeña en ponerse del lado malo.

El penúltimo ejemplo que la basura todo lo pudre es el de Punchana. Sé que es una afirmación temeraria. Y pueden llamarla incluso suicida, de acuerdo al cristal con que se mire. Pero el propio alcalde nos ha llevado a esa conclusión con sus declaraciones de las últimas semanas. Primero dice una cosa, después se contradice él mismo. Y al final el distrito sigue igual de sucio. Pero queda la palabra hueca del burgomaestre.

Juan Cardama llegó al Municipio –luego de varios intentos- con un discurso de eficiencia y modernización. Habló de hambre cero. Lo que siempre no solo era una exageración sino, digamos, una mentira piadosa que nunca se iba a cumplir pero que servía para demostrar las intención del candidato. Hasta que la basura le ganó. Y digo ganó en el sentido más amplio del término y del negocio.

Si Juanito Cardama quiere permanecer en política con alguna opción en próximas postulaciones tiene que renunciar a ser un agente de la empresa que no limpia el distrito. Que la mantiene sucia. Que recibe cerca de dos millones anuales con el propósito de recoger la basura. Pero todo hace indicar que nuestro alcalde -que no solo saldrá un día a denunciar que un empresario le habló al teléfono en tono amenazante y al día siguiente con total desparpajo habló que ya el servicio era eficiente y se olvidó de las amenazas- se irá con su discurso a otra parte.

El alcalde es aquel a quien los contribuyentes entregamos nuestro dinero para que mantenga limpio el distrito. Tan fácil como aquello. ¿Por qué entonces no pone supervisores y obliga a esos malos empresarios a que cumplan con el contrato? ¿Por qué no se obliga a la empresa que monopoliza este servicio a que cumpla con su obligación? ¿Por qué los contribuyentes aportamos religiosamente para que el encargado del recojo se burle de los ciudadanos con la complicidad del alcalde?

Si se pone firme en este tema ganará más simpatizantes y no verá reducidas sus posibilidades en próximas elecciones. Porque hay empresarios que ayudan a los políticos a ganar una elección y absurdamente ayudan a realizar una mala gestión.

La leche es otro tema que, superando los niveles de la basura, también se pudre junto a empresarios y autoridades. Y todos sabemos de qué se está hablando. No es poca cosa. Y entre la leche y la basura Juanito se habrá convertido en un desperdicio de la política distrital.

1 COMENTARIO

  1. LA VERDAD ES QUE NO SOLAMENTE ES LA BASURA QUE YA LE GANO AL ALCALDE DE PUNCHANA, TAMBIEN TENEMOS LAS CALLES QUE NO BARREN DESDE HACE UNA SEMANA, TODAS LAS CALLES ESTÁN UNA COCHINADA, DE YAPA LE MANDA A SU FUNCIONARIO GORDITO DE VACACIONES A LIMA A PASEAR UNA SEMANA.
    PERO CON QUE CARA PUEDE PEDIR A MP QUE CUMPLA CON EL RECOJO DE BASURA SI ÉL MISMO NO CUMPLIO CON EN CONVENIO SUSCRITO CON EL EJERCITO EN LO REFERENTE AL TERRENO DE LA PURISIMA, NUNCA HIZO EL MURO NI EL PORTON AL QUE ESTABA OBLIGADO, EN RESUMEN, PUNCHANA NO TIENE AUTORIDAD

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