ESCRIBE: Jaime A. Vásquez Valcárcel

Suena básico decirlo. Resulta necesario recordarlo. Seríamos mejores en todo. Si tan sólo diferenciamos las causas y las consecuencias. Palabras que, en su significado más elemental, son simples y nos conduciría a tomar decisiones tan simples para mejorar la calidad y claridad de la protesta.

Miles de ejemplos. Pero tomemos sólo algunos.

Los señores de CARETUR reclaman que no se coloque a Iquitos en los domingos de aislamiento social obligatorio. ¿Saben que una de las causas de esa medida fue que muchos de sus dignos integrantes no respetaron el aislamiento necesario todos los días de la semana, especialmente los fines de semana, y que varios de ese gremio atendían sin respetar los protocolos y, como mofándose de la norma, publicaban fotitos con esos detallitos? Combaten las consecuencias y no quieren -pero sí deberían- recordar las causas. Fue el gremio que hizo más bulla -con justificada razón- por el cierre del domingo y en ese afán buscó aliados que no contribuían a lograr el objetivo. Deberían saber los de CARETUR que en estos momentos en Loreto sólo hay una mujer capaz de comunicarse directamente con el Presidente de la República. Bastaba con acudir a ella y no estar lanzando memoriales y declaraciones de quienes no tienen acceso a las esferas del poder. Equivocaron el camino para que se escuche el reclamo.

Los señores que se oponen (¿oponían?) a la negación de licenciamiento de la Universidad Científica del Perú una vez conocida la resolución se dedicaron a combatir la consecuencia, negando irracionalmente las causas. Lo hacían a propósito y, me temo, que sabiendo que así no lograrían el propósito. Atareados por evidenciar la consecuencia se empeñaron en buscar respaldos mediáticos de municipios, gremios y congresistas que en la mayoría de los casos escondían las causas de esa decisión de SUNEDU. Todos, con las excepciones que confirman la regla, sabían que la UCP no cumplía los requisitos mínimos para el licenciamiento y era la causa principal de la resolución. Una vez más causa/consecuencia colisionaron y se espera, ojalá, un milagro para que la situación de dicha universidad vuelva a ser la que era antes de la denegatoria.

En otros temas de coyuntura se puede realizar similar ejercicio. Para los históricos también. Nos ayudaría a identificar los problemas y posibles soluciones y evitaría que para una causa justa veamos unidos a quienes son la causa que vivamos en Loreto con las consecuencias que todos padecemos.