La disputa -a juzgar por la agenda que ellos mismos intentan colocar en los medios y los sondeos- será entre Juan Cardama y Euler Hernández.

Cuando falta exactamente ocho meses para que los ciudadanos vayamos a re (elegir) a las autoridades regionales, provinciales y distritales es curioso observar que todavía no hay candidaturas absolutas y que incluso las ya concretadas penden del hilo de la aceptación en la intención de voto y que tiene como única fuente de consulta los sondeos que realizan las diversas empresas dedicadas a este rubro. Sera los signos de estos tiempos pero cualquier candidatura -aun de los partidos que se dicen históricos y organizados- puede ser pulverizada si es que el caudillo que posee el símbolo decide abrir sus puertas a un advenedizo con la plata suficiente para solventar la campaña propia y ajena.

Comencemos por Punchana. Siendo uno de los distritos más jóvenes de la región Loreto es también el más antiguo si lo comparamos con sus pares de Belén y San Juan. La disputa -a juzgar por la agenda que ellos mismos intentan colocar en los medios y los sondeos- será entre Juan Cardama y Euler Hernández. El uno por la reelección que siempre ha sido esquiva en el distrito -con la añorada excepción del primer y único alcalde acciopopulista Arquímedes Santillán- y el otro por su segundo intento por convertirse en alcalde de un distrito en el que no vive pero del que conoce casi todos sus problemas por los años que lo recorre en perenne proselitismo.

Una propuesta entusiasta, bullanguera y con las mismas carencias de anteriores campañas es la de Jane Donayre, quien al parecer no aprende de sus errores y limita su proselitismo a salidas diurnas y nocturnas y no las complementa con una planificada y sostenida campaña mediática que obvie a los omitibles y se centre en verdaderos generadores de opinión pública. Con la actual estrategia Jane Donayre seguirá colocando a Delicia Manzur como única alcaldesa de un distrito que tal vez en estos momentos necesite la mano femenina para embellecerse y eliminar los cinturones de pobres que viven mal. Si no cambia inmediatamente de rumbo será muy difícil que dispute el primer lugar y tendrá como consuelo haber albergado entre sus filas a quien como Euler Hernández viste el color naranja y tiene en Juan Cardama -su antiguo patrocinado- como contrincante en el sufragio.

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