Miguel Angel Rojas Rios
Abogado
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Al recordar los primeros ciclos de Universidad, vienen a mi mente las clases de Introducción a la Filosofía y Teoría del Estado, donde estructuré mi propio concepto de política, estado, gobierno y territorio, con ayuda de libros como “Política” de Aristóteles, “El Príncipe” de Maquiavelo y tratadistas peruanos que considero necesario leerlos, como José Carlos Mariátegui con los “7 Ensayos de la Realidad Peruana” y Víctor Raúl Haya de la Torre en sus distintas obras.

Actualmente, analizando la realidad política que se vive en nuestro país, considero que lamentablemente no existe cultura política ni políticos reales, lo único que predomina es la politiquería barata dirigida por puros oportunistas. No existen ideologías políticas como el socialismo, comunismo, capitalismo o neo liberalismo, lo que existe es el seguimiento de una figura política, de una persona, y lo que prevalece no son sus pensamientos o vías políticas, sino lo que hará por mí y no por la sociedad.

Pues bien, ese es el núcleo del problema de nuestro país, tan solo basta salir a las calles y ver que la conducta del peruano de a pie es individualista por costumbre y la costumbre es una fuente del Derecho. Estamos acostumbrados a que uno debe ser vivo, por no decir “pendejo”, de lo contrario los demás se aprovecharán y uno se convierte en el tonto, por no decir “cojudo”, y esto se relaciona con lo que sucede hoy en día en nuestros poderes del estado (ejecutivo, legislativo y judicial), con absurdas interpelaciones por parte del congreso a los ministros del ejecutivo sin un sólido sustento.

 A grandes rasgos se puede apreciar que el trasfondo de la acción de nuestro congreso es solo demostración de poder, de viveza y de capacidad de hacer lo que unos cuantos desean; no precisamente por el bien de la sociedad, sino únicamente porque les da la gana, coloquialmente “pendejismo” puro.

Por ello es necesario recordar que cuando uno obtiene un cargo político, deja de servir a sus intereses y los de sus allegados en búsqueda de lo mejor para la sociedad a la cual se representará.

Es menester, ante esta realidad que nos toca vivir y observar, a nosotros los jóvenes hacer un cambio, no continuar con esta cultura individualista, capacitémonos, llenémonos de conocimiento, tomemos acción en la vida política, sigamos una ideología y generemos controversia con intercambio de ideas y debates nutridos de sustento.

El objetivo de ser buscar un solo fin, el crecimiento de nuestro país, así tengamos distintas corrientes ideológicas, dejemos de criar futuros enemigos en nuestro propio territorio, no continuemos con la cultura individualista que apaga ideas, proyectos y limita a todos aunque no nos demos cuenta.