Los trastornos premenstruales afectan la salud de millones de mujeres alrededor del mundo, provocando efectos negativos en los distintos espacios de su desenvolvimiento diario, desde su primera menstruación hasta la menopausia. La mayoría de las mujeres en esta etapa presentan algún tipo de malestar físico en las semanas antes de la menstruación. Estos síntomas suelen ser leves, pero también pueden llegar a ser graves como para afectar sus actividades cotidianas. Se estima que alrededor de 5 a 8% de las mujeres sufren de tensión premenstrual, llamada a veces Sindrome Premenstrual.

Hay factores de riesgo y son antecedente de madre con síndrome premenstrual, antecedente de parto traumático, vida sedentaria, deficiencias de vitaminas y minerales, antecedente de stress, cervicitis crónica.

El Síndrome Premenstrual  es un conjunto de más de 150 síntomas que aquejan a la mujer en la segunda parte del ciclo menstrual, se inician antes de la menstruación y desaparecen por completo o parcialmente después de esta. Generalmente, son seguidos por un intervalo libre de síntomas. La duración, la cantidad e intensidad de los síntomas, dependen de cada caso en particular.

Se pueden presentar generalmente dolor en las articulaciones, dolor muscular, dolor de espalda, sensibilidad o dolor en las mamas, distensión abdominal, cefalea, trastornos de la piel, aumento de peso, edema en extremidades (manos, pies, o ambos).

También cambios en el apetito, como  comer en exceso, o los antojos de alimentos específicos, fatiga, letargo, falta de energía, los cambios de humor (tristeza, llanto, aumento de la sensibilidad al rechazo), irritabilidad, ira, trastornos del sueño, inquietud,  falta de concentración, aislamiento social, la falta de interés en actividades usuales, soledad, ansiedad, estado de ánimo depresivo, confusión, tensión, desesperación.

Si los síntomas son leves a moderados, puede tomar algunas medidas en el estilo de vida para aliviarlos.

En muchos casos los ejercicios aeróbicos producen alivio de los síntomas. Las terapias de relajación, los ejercicios de respiración, meditación, yoga, masajes terapéuticos y acupuntura son útiles para el manejo de éstos. El hecho de dormir suficiente y realizar cambios en la dieta, también puede ayudar a aliviar los síntomas. El uso de complementos vitamínicos y minerales, incluyendo vitamina D, vitamina E, vitamina B-6, calcio y magnesio puede ser favorable. Se debe disminuir el consumo de grasas, sal y azúcar, al igual que la cafeína y el alcohol.

Para el manejo de las molestias corporales, el uso del diurético  espironolactona en dosis de 100 mg al día, administrados antes de la menstruación es efectiva para reducir la distensión abdominal, edemas, molestias en las mamas y el estado de ánimo; la administración de 2,5 mg de bromocriptina al día se usa también como un tratamiento para la sensibilidad de las mamas.

Los antiinflamatorios no esteroideos (AINES) pueden ser un tratamiento efectivo para la dismenorrea o dolor con la menstruación. Los anticonceptivos orales combinados que contienen drospirenona, que es estructuralmente similar a la espironolactona son efectivos en la mejoría de las relaciones sociales y la productividad.

Si no hay respuesta a los tratamientos anteriores, el tratamiento con agonistas análogos de la GnRH suprime la producción de esteroides ováricos produciendo una ooferectomia o menopausia médica, pero se deben usar por periodos muy limitados.

La cirugía también puede ser la terapia de elección para algunas pacientes; las mujeres con síntomas severos pueden ser candidatas a ooforectomía bilateral, llevando a una una menopausia prematura quirúrgica, necesitando, por ende, tratamiento hormonal sustitutorio por largo tiempo.