CURÁNDOSE EN SALUD

Javier Vásquez

La Organización Mundial de la Salud define la salud como un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.

La salud, por lo tanto,  puede analizarse desde dos perspectivas: la de la salud física y la de la salud mental, y ambos se encuentran muy relacionados entre sí. Para mantener la salud física en óptimas condiciones, se recomienda realizar ejercicios de forma periódica y tener una dieta equilibrada y saludable, con una alimentación balanceada.

La salud mental, por su parte, conjuga todos los factores emocionales y psicológicos que pueden condicionar a todo ser humano y obligarlo a emplear habilidades aprendidas y su sensibilidad para desenvolverse dentro de una sociedad y resolver las situaciones surgidas en su  vida diaria.

La enfermedad no se puede definir de la manera simplista como la ausencia de salud, sino la OMS ensaya esta definición: La enfermedad es la alteración leve o grave del funcionamiento normal de un organismo o de alguna de sus partes debida a una causa interna o externa. Y se refiere al funcionamiento físico y/o mental.

Ante esto nos podemos plantear varias preguntas: ¿el concepto de salud se puede aplicar por igual a un sacerdote o a un cantante, por ejemplo?. O ¿la salud significa lo mismo para un profesional que vive en Iquitos o un poblador de una etnia?

Creemos que sí: la parte de salud física y mental, se entiende, es igual para todos, falla una de las dos y el organismo no responde. La social principalmente se rige de acuerdo a las necesidades de cada persona, un sacerdote probablemente no necesite el reconocimiento de muchas personas, en teoría no busca eso: ha hecho votos de humildad. La mayoría de los cantantes, por el contrario, buscan el reconocimiento social de mucha gente, del público. Lo que no es prioritario, en lo social, para un sacerdote, lo es para un cantante. Y lo mismo se puede aplicar para un profesional: necesita proyectarse dentro de la sociedad, ser útil a ella y sentirse reconocido. El poblador de una etnia, y disculpen el ejemplo, de acuerdo a su rango, a lo mejor es feliz básicamente con alimentar a su familia diariamente, vivir plenamente el día a día sin tener las preocupaciones que nos brinda la sociedad en que nos desenvolvemos.

Pero, en resumen, hemos nacido para ser felices y eso significa para la mayoría de nosotros aprender un oficio o profesión, desarrollarnos en ella, casarnos, tener hijos, comprar una casa, un auto, proyectarnos en lo que queremos dentro de 20 años, y todo de acuerdo a las necesidades que nos ha creado el entorno en el que vivimos.

Habría que preguntar a un poblador de una ribera alejada de los ríos que significa salud y felicidad para él. Probablemente nos encontremos con una respuesta inesperada.