[NUEVAS VERSIONES CERTIFICAN HECHOS].

Dicen que el papel aguanta todo; sin embargo, cuando de manera exclusiva este diario dio a conocer el caso de la fantasma de la ruta jamás imaginamos la connotación que ello traería y el interés que despertaría este tema entre los pobladores y medios informativos.

La historia de la afamada “Azucena”, se ha convertido en hechos de ultratumba, es así que los motocarristas se corren del trabajo y su afán de ser captado por la hermosa chica de la carretera que lo único que hacen es desistir en las carreras con dirección a Quistococha o simplemente a Los Delfines. Los últimos avistamientos de la agraciada joven que viste de negro y suele enamorar a hombres al volante se dieron la noche del fin de semana pasado donde dos motocarristas aseguran haber tenido un contacto con el mencionado ente y desde ese momento sus vidas cambiaron y el miedo se apoderaron de ambos.

Dagoberto Tuitui Liares de 31 años, manifestó que regresaba de la zona del Terminal hacia la zona sur y cuando avanzaba a bordo de su motokar por la curva que da a la zona de Las Brisas fue solicitado por una guapa joven. El muchacho paró su unidad y ésta sin decirla nada subió al vehículo lo que generó extrañeza en el conductor. Según contó, Dagoberto jamás pensó encontrarse cara a cara con el alma en pena más famosa de la ciudad y menos que está en todo momento y por más que este le grito a bajarse de su motokar. “Recibimos una llamada a la central de emergencia de un hombre alterado diciendo que una mujer no se quería bajar de su motocarro. Él decía que era la tal Azucena, esa fantasma de la ruta Iquitos – Nauta y que tenía mucho temor de que algo le pasara. Movilizamos varias unidades hasta el kilómetro 07 de dicha vía y lo encontramos temblando de miedo y asistido por los pobladores del lugar”, contó un agentes del serenazgo de San Juan Bautista.

CHOFER INTENTÓ ARROLLAR A “AZUCENA”

Después de registrado el primer hecho, César Amasifuen Panduro de 27 años de edad regresaba a su vivienda situada en las inmediaciones del asentamiento humano San Julián y mientras circulaba por el cementerio de Quistococha vio a una distancia prudente el paso errante de una mujer que caminaba con sentido norte. Amasifuen, relató que mientras se encontraba a unos 50 metros de distancia la mujer invadió la pista – lo que le pareció extraño – y ya conociendo el caso de Azucena no pensó mucho y procedió a acelerar su unidad con la intención de arrollarla.

“Iba a toda velocidad y de repente, la mujer que caminaba por la carretera cruzó la pista, no logré ver su rostro y mientras me di cuenta aceleré lo más rápido que pude y la atropellé, sin embargo al voltear la mujer no estaba en la vía, son hechos reales pero extraños, gracias a Dios que no me pasó nada”, indicó César. (M. Lizarzaburu)