Esta palabra tiene su origen en el latín y significa podredumbre y fermentación.

La caries es una enfermedad multifactorial que se caracteriza por la destrucción de los tejidos del diente como consecuencia de la desmineralización provocada por los ácidos que genera la placa bacteriana. Las bacterias fabrican estos ácidos a partir de los restos de alimentos de la dieta que se quedan entre los dientes. La destrucción química dental se asocia a la ingesta de azúcares y ácidos contenidos en bebidas y alimentos, se asocia también a errores en las técnicas de higiene, falta de cepillado dental, o no saber usar bien los movimientos del lavado bucal, ausencia de hilo dental. Se ha comprobado también la influencia del pH de la saliva en relación a la caries. Tras la destrucción del esmalte ataca a la dentina y alcanza la pulpa dentaria produciendo pulpitis y posterior necrosis (muerte pulpar). Si el diente no es tratado puede llevar luego a un absceso dental,

Existen factores de riesgo y los principales son:

No se debe dar lactancia con biberón después de la erupción de la primera dentición y no deben añadirse compuestos azucarados a la leche.

Es recomendable limpiar la boca de los bebés con una gasa envuelta en el dedo y mojada en suero fisiológico después de cada comida. Cuando ya existen dientes en boca es necesario comenzar el cepillado dental, nunca dejar que un bebé se duerma sin lavarse los dientes e ingiriendo leche pues la leche que quede en su boca fomentará la aparición de caries.

Se debe evitar darles chupetes o dulces a los niños  pues los azúcares son convertidos a ácidos por las bacterias del medio ambiente bucal.

Se debe evitar soplar la comida, para enfriarla, de sus hijos, darles besos en la boca o compartir cubiertos, puesto que de esta manera transmiten bacterias cariogénicas (capaces de producir caries) a la boca de sus hijos.

Los medicamentos para niños contienen mucha azúcar con la finalidad de que tengan un sabor agradable, así que no se debe olvidar el cepillado dental después de la ingesta de medicamentos.

Ingesta excesiva de azúcar.

Dientes malformados, apiñados, con restauraciones defectuosas o defectos en el esmalte, o con anatomía muy profunda.

La falta de fluor debilita al esmalte del diente, lo provoca que exista mayor posibilidad de aparición de caries dental.

Todos los alimentos con ácido promueven la desmineralización del diente, lo que promoverá el desarrollo de la placa dental.

El cuadro clínico se caracteriza por dolor en los dientes (odontalgia) que muchas veces se inicia comiendo algo dulce, muy caliente, o muy frío, sabor bucal desagradable y halitosis (mal aliento), en algunos casos se puede complicar y producir un flemón dental.

El tratamiento de la caries como enfermedad infecciosa constara de dos partes. La primera consiste en la eliminación del agente infeccioso y tejidos dentales afectados. La segunda parte consiste en la restauración o rehabilitación del diente.

Puede n prevenir las caries dentales las siguientes acciones:

Identificar y evitar las posibles causas que provocan defectos en la mineralización de los dientes. Los defectos del esmalte dental, una vez instaurados, son irreversibles. ​ El mejor pronóstico se consigue con un diagnóstico precoz y un correcto tratamiento.​

Realizar una correcta higiene dental diaria.

Mantener una dieta equilibrada y limitar la ingesta de dulces y gaseosas. Si se consumen  dulces, es preferible hacerlo cuando la boca tiene mayor cantidad de saliva protectora, que se da entre comidas.

Una forma de mantener los dientes limpios es masticando chicles sin azúcar. Al contener xilitol también ayudan a la prevención de caries dental. Se debe ingerir fluoruro en cantidades adecuadas, si el agua de consumo no contiene fluoruro. Los dentistas pueden asesorar acerca de los suplementos que lo contienen.