Alumno: David Fernando Chávez Ángeles.
Grado: 5to. – Colegio: 601515 “San Pablo de la luz” – San Juan
Asesora: Luz del Águila Vargas.

De la creación de un imperio aristócrata, trata de personas y frontera al paraíso, nace la obra “La Casa de las Fronteras”, un conjunto de sucesos amazónicos narrado en cinco partes, resultado de un dedicado, obsesivo, riguroso y empeñoso trabajo literario por parte de Gerald Rodríguez Noriega, estimulando su oficio de escritor e inculcando el crecimiento literario amazónico. Gerald, escribe en complejidad con la palabra, aquella que compagina y entretiene. Como si reposara en aquella inspiración, con palabra seductora que excita al ser con sed.

Muestra una gran variedad de recursos que hace que la aventura, atrape al lector en una sinopsis de conocimiento curioso. Es decir, luce el esclarecimiento de lo complejo de forma muy entendible, flexible, mágica, extraordinario, hilvanando párrafos de forma original. Aquel resultado es sublime para el lector, ese que tiene los ojos sollozos, pegado al papel y la prosa. Su sed, que creyó estar saciando, cada vez es más multifacética con realidad ficticia (acribillo al lector). Los personajes son víctimas y victimarios, donde no existe una moral, sino una amoralidad; donde la esclavitud se desarrolla por la ignorancia de los indígenas. Los hombres sirven para los aserraderos, y las mujeres para ser prostituidas, maldita marginación y racismo.

Iquitos, tierra sumida en la pobreza, regida desde tiempos remotos por europeos codiciosos que dejaron estéril lo bueno. Esta ciudad fronteriza ha estado mal administrada por caudillos. Esto desborda locura, donde la filosofía es para nobles, porque predomina la ignorancia, donde todo acaba siendo muestra contundente de la fregada época que se vivió con Leguía. Aquellos tiempos son descritos de forma muy legible por el autor, ya que te aglomera la narrativa con un punto de perspectiva fabulosa hacia lo real. Esto enriquece la obra.

El que escribe siempre se encarga de la muerte de la realidad. No sé cuándo Gerald me involucró en aquel paraíso de Dios. Luis Martínez de Balboa se obsesionó tanto con el paraíso, que nunca pudo curar ese frenesí. Aquel que resplandecía, deslumbraba, atraía, siempre será una incógnita hasta la actualidad. La avaricia de muchos, la espiritualidad y ciencia de pocos. Hipólito, clara representación de la locura orgiástica, bisexual, vida de mil demonios. La debilidad de la carne, esa que cae una y otra vez en el vicio. Es notable ver los ciclos económicos de esta frontera, ahora dime tú ¿cuándo te diste cuenta qué estamos jodidos?, ¿la reivindicación histórica se dará en estos tiempos o seguiremos sujetos a la ignorancia?

Palabra de artista

Para que enumerar personajes, escenas, contexto de la novela, figuras literarias, narrativa con punto exacto, mundo mágico real, variabilidad de saberes, el resultado magnificente, verdad y engaño, cuando puedo dar mis primeras impresiones, este libro es genial. Y sí, este libro es una pieza de arte, uno de esos libros amazónicos, que más de la mitad de iquiteños no conoce, pero que conforma parte del lienzo de escritores regionales, con obras deliciosas, que buscan generar un cambio en esta fregada sociedad.

“El amor sigue siendo ese laberinto extraño en el corazón al que Dios nos condena, siempre en el infierno de la memoria, perdurando en los huesos, hasta que le plazca nuestra sepultura”.