Efrocina, cantarina

ESCRIBE: Jaime Vásquez Valcárcel

A Efrocina Gonzáles le sucede en la DREL lo que a la Policía le sucede con los cascos. Como no tienen identificado con claridad el problema que enfrentan no saben qué hacer. O, en el peor de los casos, tienen identificado el problema pero optan por lo más fácil porque eso les satisface momentáneamente. Aquello de los policías realizando operativos para obligar a los conductores de motos a usar casco es risible porque, digámoslo con franqueza, eso no soluciona el problema de las infracciones y, ni siquiera, contribuye a educar en cuestiones viales a los ciudadanos. Si los policías, en coordinación con el comando, realizan operativos es porque han optado por lo más fácil y remunerativo y no atacar frontalmente a los infractores. Porque, vamos, si desearían combatir a los malos conductores se estacionarían en todos los lugares donde se expende licor en la vía pública y asunto arreglado. Desterrar a quienes manejan con alcohol en el cerebro contribuiría tremendamente a evitar accidentes y disminuir muertes con sangre en las calles.

Y en ese mismo estilo hemos visto a la señora Efrocina Gonzáles en los últimos días quizás aquejada por las declaraciones en distintos medios de la dirigente Marisol del Aguila. Y es que la directora de Educación de Loreto tiene que saber cuál es el problema del sector. Y a partir de allí combatirlos o tratar de disminuirlos. Debe saber, me imagino, que el problema principal de la educación en Loreto es la comprensión de lectura de los escolares. Debe saber, me sigo imaginando, que la capacitación docente y control de los mismos es una lacra que no permite postergaciones. ¿Por qué entonces, Efrocina -con sus allegados mediocres y camaleónicos, se empeña en mostrarse como excelentes organizadores de concursos canoros como si del sector tendrían que egresar intérpretes maravillosos?

Alguien tiene que decirle a Efrocina cuál es su misión si es que no tiene visión. El concurso que tanto le entusiasma ha sido un fracaso. Vamos. Porque un concurso de ese tipo no se mide por la calidad del presidente del Jurado Calificador –que tuvo un Raúl Vásquez un presidente de lujo, en verdad- o por el monto de los premios otorgados. Se mide por los objetivos a largo plazo y, también, por la cantidad de asistentes. Ojo, asistentes. No por quienes se van obligados a ver el canto de sus maestros que en otras ocasiones ni siquiera mirarían.

Efrocina tiene que dedicarse a lo suyo. A mejorar la educación en Loreto. A promover concursos que apunten a sacarnos del último lugar que tenemos en comprensión lectora. Del canto que se ocupen los promotores de eventos. Los que creen que pidiendo aplausos del respetable se ganan alguito. La directora de la DREL está para otras cosas. Y quien tienen que llamarla la atención –que es como decir que un maestro regañe a un alumno inaplicado- es el gerente de Desarrollo Social o el Subgerente de Cultura del Gorel, a los que tiene que responder jerárquicamente. Porque de lo contrario en las próximas fiestas de carnaval cantaremos junto a ella ese tema “Azucena, cantarina” pero con la letra respetuosamente –con el permiso del poeta Carlos Garrido Chalen- cambiada: “Efrocina, cantarina, dime si en el canpo estás para decirle a las flores que me gusta tu cantar…” que tan famosa hizo el intérprete Ronald Saenz en un festival del norte del país allá por la década del 70 del siglo pasado.

1 COMENTARIO

  1. De todo lo leido me quedo con la mencion de RAUL VASQUEZ, cantautor loretano del cual siempre saco el pecho y siempre canto sus canciones. Solo quiero hacer un pedido al director de este diario, Podrian organizar nuevamente un concierto con este monstruo de la cancion.. por favor,, estare en primera fila

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