Los huaycos que asolan a la costa peruana nos dan más de una lección de nuestra improvisación como sociedad civil y muestra las costuras de un Estado deficitario que fue reducido a mínimos con la aplicación de políticas de shock en estos casi treinta años- se buscan culpables pero nadie quiere admitir de lo nefastas de esas políticas. Pero no queremos aprender y damos la espalda a la naturaleza. Siempre la misma historia que produce indignación e impotencia. Pero los huaycos no solo como situación del tiempo y climática (el Océano Pacífico ha subido en más de siete grados) coincide con ese alud de corrupción que inunda la vida política peruano con el caso de Odebrecht. No creo que sea una mera coincidencia en el tiempo del clima y de la corrupción, hay algo más. Me parece que nos están mostrando el camino para desterrar la hez de la corrupción que enloda al país. Hay que saber leer la naturaleza pero nos hemos olvidado o cada día la ignoramos más. Para muchas culturas andinas, por ejemplo, los huaycos mostraban una situación de cambio, de saneamiento, de un aggiornamento. Como las inundaciones en las orillas de los ríos amazónicos estas traen ciertos beneficios a la flora y la fauna solo que la población humana improvisa frente a ella. Hace meses leía el libro de Richard Bodmer “Cambio climático y fauna silvestre en la Amazonía peruana” donde ya avisaba de ciertos fenómenos del tiempo y los hechos le dan la razón solo que los decisores políticos andan a por uvas, están en otra cosa. A pesar de las duras críticas al presidente de la República por la situación del país lo más acertado que dijo es que este escenario es una buena oportunidad para hacer las cosas mejor. Ojalá le hayan prestado oídos y no aprovechemos la situación repartiendo donaciones con tinte político, es la mar de inoportuno.

https://notasdenavegacion.wordpress.com/