Tristemente nuestra querida región Loreto presenta un alto nivel de anemia y desnutrición infantil, superior a los promedios nacionales. Según el SIEN (Sistema de Información del Estado Nutricional del Niño), Loreto ocupa el segundo lugar a nivel nacional más alto de niños menores a cinco años que sufren anemia y desnutrición, el 62% de niños menores a tres años sufren de anemia y desnutrición; así mismo hay un incremento de la desnutrición crónica en niños menores de 5 años y esta alcanza un 24.8% y en los casos anemia en niños entre 6 y 36 meses se ha incrementado en un 32.2% aún más. Este binomio es nefasto para nuestros niños, pues las primeras etapas de la vida son decisivas en el desarrollo del sistema nervioso, aquí juega un papel decisivo el número de neuronas ya que podrían presentar déficit de atención; es preocupante! está demostrado que afecta al desarrollo físico, mental y emocional de los niños en la etapa pre escolar y adolescente; así como posteriormente en su capacidad productiva, cuando llegan a la edad adulta.

Sabemos que la anemia y la desnutrición no son una enfermedad, sino un estado que es originado por múltiples causas, por lo que la solución va más allá del tema alimentario; desde el punto de vista clínico, la desnutrición crónica es un estado que se produce por un déficit en los requerimientos nutricionales del niño y se expresa en una baja talla para la edad en relación a un patrón de referencia, y en el caso de la anemia, ésta constituye también un problema de salud pública. Se ha identificado que el gran problema en Loreto es el de una anemia nutricional por bajo consumo de hierro de origen animal. En términos sencillos se puede explicar que un niño bien alimentado y con una adecuada estimulación que crece en un entorno idóneo, con cuidado y cariño; podrá sumar, restar, multiplicar, dividir, razonar y explicarse con propiedad, ser innovador. en resumen podrá desplegar todo su potencial, en cambio, en los niños desnutridos y con anemia, que aún son una gran cantidad en nuestra región, tendremos adultos con secuelas, adultos que de repente a duras penas sabrán leer, sumar y restar, pero nunca multiplicar o dividir, su razonamiento será pobre, su lógica limitada y por lo tanto una persona manipulable. No tendrán posibilidades de insertarse favorablemente y formalmente a la fuerza laboral, si! es fuerte, pero esa es la triste realidad.

En el caso de la anemia en menores de 5 años las cifras son preocupantes, debido a una insuficiente alimentación. Este incremento en los índices de anemia en la región Loreto son en gran medida por la débil intervención del MINSA-GOREL, que no realiza un adecuado programa para el consumo de micronutrientes; son débiles en el seguimiento y acompañamiento de los mismos por el insuficiente personal existente en los establecimientos de salud. A todo esto se suma el difícil acceso a las comunidades, las cuales están muy dispersas ya que la única forma de ingresar a los diferentes distritos es por ríos. Hay distritos en los cuales increíblemente la anemia infantil supera el 90% y la desnutrición crónica el 40%. A nivel provincial, la anemia supera el 60% como promedio en provincias como Putumayo y Loreto, y la desnutrición crónica infantil es superior al 35% en la provincia de Datem de Marañón.

La provincia del Putumayo con 90.9% de niños menores tres años tiene los mayores niveles de anemia infantil y 92.9% en el caso de los niños menores de cinco años del universo total de niños en ese rango de edad. La medición del SIEN se basa solamente en los datos de uno de los cuatro distritos de esta provincia; sobre los otros tres distritos de la provincia no hay información actualizada y los índices según los expertos serían aún mayores; y esto se debe en gran medida al aislamiento geográfico de las poblaciones del Putumayo, y al bajo ingreso “per cápita” con que vive la población y la poca presencia del Estado peruano en esa zona. Si algo hay que resaltar sobre los centros poblados del Putumayo, son sus disparidades con sus pares de la República de Colombia; respecto a infraestructura, urbanización y desigualdad económica. Es vergonzoso admitir que del lado de nuestra orilla, la peruana es la menos urbanizada y la que conserva múltiples caminos de tierra, zonas descampadas y áreas sin luz eléctrica, agua y desagüe, al margen de la infraestructura educativa y de salud.

En nuestra provincia de Maynas el 60.4% de los niños menores de tres años y el 55.1% de los niños menores de cinco años, presentan anemia. La provincia del Datem del Marañón es la que tiene el mayor nivel de niños menores de cinco años con desnutrición crónica, con 36.7%. Le sigue la provincia de loreto ( Nauta), con 28.8%; El Putumayo con 26.5%. A nivel distrital el Tigre es el distrito con el mayor índice de anemia infantil en niños menores de tres años con 93,8%. En el caso de los niños menores de cinco años el distrito del Putumayo (provincia de Putumayo) es el distrito con mayor nivel de anemia: 92.9%. El promedio regional de desnutrición crónica infantil es 23.2%. Lo que intento demostrar con esta estadística, es que es un tema generalizado en nuestra región. Al respecto, cabe resaltar que tampoco se trata solo de combatir la anemia y la desnutrición con programas sociales. Existe un problema de fondo aún mayor, ya que en gran medida esto es producto de las condiciones de pobreza en las que vive la mayor parte de la población de la región.

Harto conocida es la situación caótica que vive Loreto desde hace 4 años, y que gracias a nuestros congresistas respondiendo a intereses particulares, generaron el ambiente propicio para la eliminación de los beneficios tributarios que gozábamos como compensación de nuestro aislamiento geográfico, esto propició un ambiente adecuado para que nuestra economía sea atractiva… para qué? No para bien, sino sirvió como caldo de cultivo para el incremento de las actividades informales, en todas sus expresiones quienes ganan terreno y desplazan a las actividades formales y legales. Llegando a convertir a Loreto en la región más informal del país. Esto nos llevó seguir perdiendo competitividad y a dar vueltas en un círculo vicioso donde solo ganan los “vivos” y pierden la gran mayoría de la población debido al desempleo, sub empleo producto de la falta de producción. Fuimos manipulados por una concertación de medios de comunicación, que terminaron confundiendo a la población en prioridades, personajes y roles; esto, evidentemente tuvo consecuencias funestas en el libre mercado. Por eso, debemos recordar que el año pasado fueron los “técnicos” del GOREL los que a viva voz promovían los “productos sustitutos” basados en la alimentación tradicional de la población amazónica para los sectores más vulnerables, como alternativa ante el alza de precios inminente que se nos venía como origen de la exclusión de las exoneraciones. Estos propusieron alegremente que la población podría sustituir a la leche en su alimentación regular; con mazamorra de plátano, Tapioca, upe, chapo, y los derivados de yuca como pan, sopas, cremas, purés y alimentos para bebés, entre otros. Ahora pregunto: Dónde están sus programas para que esto suceda y poder medir el grado de nutrición posterior?. Por eso reitero que el gobierno regional y municipalidades deben dar prioridad en su agenda a la lucha contra estos dos graves problemas que afectan el desarrollo de los niños.

Detrás de las estadísticas que son frías, la realidad quema! Lo mostrado en este artículo de opinión es la vida de miles de niños loretanos que no podrán desarrollar plenamente sus capacidades físicas e intelectuales por culpa de la anemia o la desnutrición, dos males perfectamente evitables. No hay justificación para que nuestros niños estén condenados a ser ciudadanos de segunda categoría por causas que podemos evitar. Planteemos iniciar una lucha frontal contra la anemia y desnutrición infantil a fin de erradicarla. El desarrollo social implica la disminución de este porcentaje de morbilidad en las poblaciones más vulnerables y la mejora de su calidad de vida. Esta lucha trasciende a un gobierno, se trata de un asunto de Estado, constituye una responsabilidad ética para con la niñez y el futuro de la región. Por eso toda la sociedad en conjunto debemos movilizarnos por “una anemia y desnutrición cero”; entonces es fundamental encontrar la manera y juntos comprometernos, para que desde cada sector sumemos esfuerzos para revertir esta situación.

Para terminar quisiera hacer una última reflexión, actualmente nuestra región está sumergida en la más grande recesión económica de su historia. Loreto está mal en muchísimos sentidos. No hay duda de que la situación actual es insostenible y aunque no nos guste admitirlo, lo más probable es que empeore…¡No habrá salidas mágicas!…Loreto debe comenzar a planificar mejor. Dicho de otro modo, estamos obligados a gestionar mejor nuestros pocos recursos! debemos saber lo que queremos, saber cómo queremos hacerlo, estar seguro de que podemos hacerlo y, realmente, hacerlo. Y para ello Loreto debe tener un programa integrado. Hasta que no aparezca esa posibilidad de que los Loretanos nos unamos, hasta que no haya un grado superior de capacidad de trabajar juntos, de buscar soluciones en conjunto, hasta que eso no ocurra, va a ser muy difícil rescatar a nuestra querida región. Porque para que Loreto entre en una senda de crecimiento sostenido, de control de la recesión económica, eliminación de la anemia y desnutrición, se necesita hacer muchas cosas bien por mucho, mucho tiempo.