Pedir perdón

Por Miguel DONAYRE PINEDO

Hay una noticia que pasó desapercibida por los medios de comunicación locales y nacionales que andan embrollados en saber las dimensiones de la barriga de Shakira o de la hueras palabras sobre su futura paternidad de Messi, jugador del Barcelona de España. Para muchos era una noticia residual, es más, la omitieron clamorosamente. Lo leí en un diario peruano muy de madrugada. Así andamos en los montes embarullados y con la memoria deslavazada. El Presidente del Congreso dela República, en una ceremonia pública pidió perdón a los hijos, nietos y bisnietos de indígenas que murieron por lo sucedido en el Putumayo a principios del siglo XX. El Putumayo olía mal, cuentan. Sí, en esos territorios cuyo dueño era Julio César Arana, el cauchero más poderoso de entonces. La actitud del Presidente del Congreso está en la dirección de una política de la memoria del reconocimiento del perdón. Es una conducta de una autoridad pública que se ha debido resaltar, muestra una empatía por las víctimas de esos vejámenes y reconoce que el Estado omitió sus deberes. No se quiere pasar página por lo que pasó, por el contrario, se pide perdón y es un gesto que se agradece. Es la primera vez que ocurre eso, salvo que los archivos digan lo contrario. Ojalá despertemos.