En la semana de de principios de enero y después de la baja de Reyes enrumbamos para Nápoles que está casi en línea recta desde Madrid, atravesando el Mediterráneo, casi en la mitad en la famosa bota itálica. A pesar que en el calendario dice que en Madrid estamos en invierno, este todavía no ha hecho sentir su presencia, vivimos un tiempo otoñal. Nápoles es la ciudad célebre por su gastronomía, por la mítica pizza, que se reclama ante el mundo como originaria de esta región- la pizza es mestiza sino repasemos los ingredientes mediterráneos y de otras localidades del mundo como il pomodoro, genuinamente amerindio. Recuerdo que en Estambul en la primera noche, jarreando, en un restaurante no muy ancho, pero sí elevado, por un estrecho ascensor fuimos hasta la tercera o cuarta planta de la que se divisaba la famosa Mezquita Azul en todo su esplendor, el camarero del restaurante, muy joven, nos dijo que comeríamos la auténtica pizza y que esta tenía patente turca. Se evidencia los intercambios de los viajeros en la comida. En verdad que era muy diferente a la que se come en Nápoles o al revés, diferente a la de Estambul, en esa línea no todos los ceviches son iguales. Nápoles es una ciudad que te seduce y no sabes por qué ¿será el ambiente?, ¿el calor de la gente?, ¿la carga de historia que tiene esta ciudad al pie del Vesubio y del Mar Mediterráneo?, ¿serán las voces de Herculeáno?, ¿las historias de Diego Maradona en San Paolo y que Dieguito puede tener una categoría de santo en la ciudad? El taxista que nos trajo del aeropuerto al hotel era un tipo jovial y amable. Nos dijo que en los próximos días el tiempo sería bueno y nos comentaba aspectos de la città. Hablamos hasta de fútbol, como no, confiaba más en Carleto Ancelotti como entrenador que del nuevo allenatore y que el equipo no andaba bien. Confieso que sentía una tenaza dentro de mí que apenas balbuceaba el italiano, F es más suelta y cambia el chip más rápido que yo, intercambiaba algunas frases. Dejamos los zurrones en el hotel, tomamos el metro y rumbo a conocer la ciudad.

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