¿Acaso el verdadero significado de la política ya está tergiversada? ¿Acaso la política ya no es aquel lugar en donde uno participa para servir al ciudadano? ¿A caso su fin ya está suplantada por la llamada corrupción, el enriquecimiento y la búsqueda del poder? ¿Acaso la hemos prostituido demasiado? Es más ¿será posible pensar que la culpa de todo esto la tienen nuestros políticos de ahora. Digo de aquellos políticos que ostentan un cargo público a nivel nacional, regional o local.
Empezando por el ejecutivo, por nuestro queridísimo presidente, quien lleva orgullosamente, tatuada en su frente, la lucha contra la corrupción a sabiendas de las consignas que ha venido realizando cuando era funcionario de estado. Incluimos en esto, a nuestro ex presidente Pedro Pablo Kuczynski, quien visto por sus bochornosos actos de corrupción optó por la renuncia a la Presidencia de la República del Perú.
Aunque no toda la culpa se la lleva el ejecutivo, en gran medida, los que prestan su apoyo, son los del legislativo ya que en ellos recae la potestad facultativa de legislar y fiscalizar los actos de aquellos que “ostentan un cargo público político”.
Es sabido que hay una separación de poderes, y es más aún que hasta ahora hay una pugna entre ellos por buscar la legitimación total en el Territorio Peruano. A tal punto de denigrase institucionalmente. Pero como se sabe siempre, en un Estado de Derecho, tiene que haber oposición para una mejor elección de políticas pública de estado.
Pero nada dura para siempre señores, será acaso que las disputas entre los poderes del territorio peruano lleva a uno a pensar que la política se prostituye en base a la conveniencia de uno más no de los ciudadanos, asimismo conlleva a pensar que solo sirve para la corrupción estatal, para el enriquecimiento propio; para la satisfacción propia.
¿Entonces es merecido que este año 2019 haya sido llamado “años de la lucha contra la corrupción y la impunidad” sabiendo en la realidad política en la que vivimos ahora por parte de nuestros representantes?
Y como lo dice Edmond Thiaudière: “La política es el arte de disfrazar de interés general el interés particular”.