ESCRIBE: Jaime Vásquez Valcárcel
Confieso: estoy convencido que una señora vinculada a una institución de la Iglesia Católica ha perpetrado una especie de acoso mediático casi sexual contra mi persona con la colaboración casi desconocida de un personaje que lo único que puede mostrar en su hoja de vida es permanecer arrimado de vez en cuando a la curia como una fórmula que le asegura tranquilidad laboral. Confieso, de nuevo: estoy convencido que la Iglesia Católica como institución no tiene nada que ver con ese acoso. Pero al permitirla con su indiferencia de alguna forma la involucra. ¿Por qué hago esta confesión? Primero porque es la única salida que encuentro, por el momento, para exorcizar el demonio que llevo dentro y, segundo, porque estoy aterrado de los casos de pedofilía que salen a la luz urbi et orbi y que mi olfato periodístico me dice que en Iquitos si no existe ningún “casito” por lo menos uno habrá donde un sacerdote manda al diablo el celibato y procrea vástagos con las mujeres más laicas que pueda el Obispo imaginarse. Digan si no es para estremecerse: “Unos 130 curas fueron “detenidos, inculpados y condenados” en los últimos dos años en el marco de procesos por pedofilia en Italia, informó el diario Il Fatto. La publicación cita a un abogado, quien señala que esta cifra solo es “la parte visible del iceberg”.
Mientras que desde Lima un peruano internacional que ha pasado su arte por el mundo entero (no es una exageración) afirma: “Me siento orgulloso de formar parte de este trabajo. Me llevo un crédito que quizás no me merezco, pero estoy feliz de promocionar algo que todos tenemos”, expresó con verdadero sentir en la ceremonia de apertura de El Museo de Arte de Lima (MALI) el fotógrafo Mario Testino, conocido mundialmente por fotografiar a celebridades como Kate Moss, Claudia Schiffer y Gisele Bundchen. No sólo eso. Kate Moss ha llegado a Lima especialmente para esta exposición porque Testino es su amigo personal y “Portraits” bien se merece esa visita. No hay que olvidar que fue Testino el que fotografió semidesnudas, envueltas por apenas una tela, coquetas y con el pelo despeinado a Claudia Schiffer, Kylie Minogue y Sienna Miller por una finalidad mayor: 1,100.000 millones de euros para la investigación del cáncer de mama. Y Testino fue seleccionado para este trabajo que en realidad no sé si pueda tener ese calificativo mirándolo desde el punto de vista netamente artístico. Que el fotógrafo de los semidesnudos de tan brillantes modelos sea peruano es para hinchar el pecho, aunque sea por unos instantes. Más allá de esas bondades fotográficas está lo que ha dicho Testino en la inauguración: “Hay que ayudarnos los unos a los otros”, ha dicho e inmediatamente mi mente se fue a Arequipa donde por estos días se presenta la exposición sobre lo que fue el documental “Amazónico soy”. Ya estoy en Arequipa, mentalmente, y leo:
“Pasaba por el centro con un amigo y me topé con el banner de Amazónico Soy, aquel documental dirigido por José María “Chema” Salcedo y producido por Tierra Nueva de Iquitos. Ingresamos al Centro Cultural Chávez de La Rosa y me encontré con Héctor Tintaya Feria al que interrumpí faltosamente para que me guíe. Como bien informa Pro y Contra, puedes visitar la exposición itinerante hasta el martes 13 de abril, el siguiente destino será Lima. Los asistentes al evento coincidieron en señalar que se trata de una singular presentación ya que pocas veces se puede ver retratada la selva en este tipo de exposiciones. Uno de los mayores pedidos del público asistente en este primer día de apertura de la muestra, fue la distribución –venta de los Cds con la película y el pedido para que esta sea visualizada en salas de cine apropiadas.” Todo esto escrito y mostrado de por Diego la Cruz, uno de los que hace posible el periodismo cibernético más envidiable en las provincias peruanas y que, además, goza de enorme lectoría. Y es que la expo que recorre el Perú y que en julio estará en Guayaquil es una mirada distinta de la Amazonía y por eso se distingue. Más allá de esa percepción está la fórmula en la que Testino insiste y que de alguna forma es la reiteración de un pasaje bíblico: “ayudémonos los unos a los otros”.
Y en estos días de pedofilia y de una Semana Santa llena de escándalos no se me ocurre otra cosa que preguntar al representante de la Iglesia –mi iglesia- Católica en Iquitos: ¿Monseñor, qué priorizo, los casos de pedofilia sacerdotales o las bondades del arte que, aún siendo semidesnudo –como las fotografías de Testino- siempre llenarán los ojos? ¿Qué priorizo, monseñor, dígame usted como representante de esta Iglesia, si los gritos atrevidos de quienes trabajan en las instituciones a su cargo o las buenas nuevas de presentaciones artísticas que tratan de mostrar una Amazonía alejada de los “salvajes” que tanto gusta a varios de sus clérigos mostrar?. Dígame, Monseñor, qué priorizo, pues si usted no me da una luz creo que me veré obligado a acudir al Vicariato vecino, el de San José del Amazonas, donde las cosas no están bañadas de santidad. Le reitero por enésima vez: dígame qué priorizo. Porque yo le vi recorrer las parroquias el Viernes Santo y, palabra, no me atreví a preguntarle, porque le notaba algo angustiado no sé si por los casos de pedofilia o porque en verdad algunas personas que integran las instituciones de su Institución han degenerado en algo peor que la pederastia y la sodomía, que como usted sabrá son pecados infernales.