El refugio de la memoria

Por MIGUEL DONAYRE PINEDO

Felizmente existen buenos libros como el del finado historiador Tony Judt que hace que uno olvide la verborrea totalitaria, socarrada y de tribu como la que señalan los independentistas catalanes [con kilos de corrupción y cinismo en sus huestes] – su espíritu de solidaridad es extraordinario, cuando las cosas van mal son los primeros en pedir arrojarse del barco. Pero textos como la de Judt dan esperanza y dejan un buen sabor de boca. A este historiador inglés le diagnosticaron una esclerosis lateral amiotrófica (ELA) en pleno goce de su trabajo académico. Escribió una valiosa obra “Postguerra” sobre el proceso de reconstrucción de Europa después de la guerra, siempre recomiendo que la lean y se entiende mejor la sonrisa y mezquindad europea. En este libro, “El refugio de la memoria”, es una suerte de testamento y cuaderno de bitácora, apela a su memoria, es la parte que la enfermedad no le ha lanceado y va recordando aspectos de su infancia, adolescencia, juventud con mucha brillantez. Esos procesos o recuerdos personales los enhebra a los procesos más generales, de la sociedad. Por ejemplo, su pasión por los trenes y el ciego proceso de privatización sobre estos. Su aprendizaje como ciudadano de los márgenes en Estados Unidos. Enseñó en la Universidadde Davis – donde estudia la poeta Ana Varela. Su loa a Nueva York como ciudad de muchos mundos. Pero hay una de sus crónicas finales que me despertó empatía de cara a la palabrería identitaria [que en verdad a veces me produce alergia], fue que él se reconoce judío pero que no es practicante – su tía murió en Auschwitz gaseada por los alemanes, que no celebraba los fastos de la religión pero que se sentía parte de uno de esos judíos que vinieron de Europa del Este a Inglaterra, que desdeñaba la intolerancia que observaba en muchos que empuñan ese credo. Eso le generaba cierta distancia y oxígeno. Por eso se consideraba una persona de márgenes, de frontera [desencantado de su experiencia en el kibutz] y en eso comulgaba con él.