Nadie sospechó que el viaje a la ciudad de Nueva York de parte del mandatario Martín Vizcarra era en realidad una huida perfecta. Porque después de los actos protocolares, de las reuniones de alto vuelo y de los discursos de ocasión, el presidente peruano se hizo humo. Simplemente desapareció y no fue habido en ninguna parte. En vano fue buscado en los laberintos de dicha urbe, pero el citado no apareció por ninguna parte. De esa manera abandonó el poder que había adquirido por azar, presuntamente cansando de que nadie le hiciera caso en su intento de adelantar las elecciones. Entonces el palacio de Pizarro quedó vacío y comenzó una tenaz lucha por encontrar al sucesor del fugitivo. Entre los aspirantes resaltó desde el inicio la presencia gallarda de un tal Chivolín.

El susodicho era un farandulero de poca monta que en algún momento de su vida dijo que quería convertirse en presidente del Perú. Era tan solo un simple deseo y su frase provocó bromas de todo tipo, pues nadie creía que un tipo así pudiera gobernar los destinos de la desatinada nación perulera. Pero en aquella oportunidad Chivolín se convirtió en candidato vestido con ropas estrafalarias y realizando imitaciones de cantantes femeninos. Era tan novedosa esa propuesta que el público se volcó hacia su propuesta farandulera. El tal Chivolín sintonizó con los deseos torcidos de la platea e incremento sus imitaciones, armó espectáculos circenses, incentivó programas cómicos y en determinado momento ocupó el primer lugar en las preferencias del electorado que desde hace un tiempo quería un cambio en la vida política.

El día central de las elecciones el gran Chivolín barrió con los votos y así se convirtió en el sucesor de Martín Vizcarra. Desde el primer día de su mandato el nuevo presidente decretó el estallido de la farándula en todos sus matices y sus recovecos. Desde entonces la gran patria peruana vive en las garras de un régimen que auspicia el espectáculo de toda índole. El nuevo mandatario hace de todo, desde imitador hasta ventrílocuo, y así la patria esta entretenida por ese as de la diversión que tiene para rato en un país que gusta de divertirse por cualquier cosa.