En Arequipa la segunda vuelta se va definir entre los candidatos Elmer Caceres LLIla y Javier Ismodes Talavera. Ambos podrían considerarse antagónicos en muchos sentidos. A pesar que provienen de grupos políticos regionales recientemente creados sin mayores antecedentes políticos o de movilización, de alguna manera representan lo que viene sucediendo hace algunos años en la política regional: la improvisación.

Elmer Cáceres LLica es un arquitecto y pseudo izquierdista, tiene un lenguaje que podría considerarse radical por algunos profesionales de la identificación política y las etiquetas. Ha sido alcalde dos veces de una provincia de donde provienen un gran sector de los nuevos arequipeños: Caylloma, de donde proviene el Wititi y está el Cañón del Colca, habla con ciertos términos quechuas y tiene un discurso eminentemente anti-minero que ha calado bastante y lo que presumo lo ha terminado de encumbrar en esta última campaña.

Javier Ismodes Talavera es un abogado exitoso que ha trabajado en el estudio Muñiz, uno de los más importantes del país. Se puede considerar que ha hecho fortuna y tiene como sus debilidades y que ha sido capitalizado por sus opositores, haber sido un ex gerente del ex gobernador regional Juan Manuel Guillén. Se podría considerar como el candidato moderado y voluble en algunas de sus declaraciones. Aunque ahora dice que los proyectos mineros sin licencia social no deberían realizarse, años atrás declaraba que, por ejemplo, el proyecto minero Tía María debería realizarse.

Juntos no obtuvieron ni el 35% de los votos válidos en la región. Un dato que simboliza el descrédito en general de los candidatos. Incluso hay la opción de viciar el voto que se ha impulsado pero que tampoco tiene el ánimo que podría dar luz para pensar que algo diferente de elegir alguno de los dos va suceder este 9 de diciembre.

Tal vez lo que está detrás de cada uno es lo que más asusta. El movimiento que postula a Cáceres LLica, Unidos por el Gran Cambio es de propiedad de Walter Gutiérrez, hermano del ex congresista y ex allegado de Ollanta Humala. Gutiérrez es un empresario metido a política que hizo fortuna llevando enfermeras a Italia. De hecho su hermano solventó la campaña en el 2006 de los nacionalistas y se habla que tendría mucha incidencia en la filtración de las famosas agendas de Nadine. No sólo Walter Gutiérrez es candidato a vicegobernador, su hija es primera candidata a consejera regional y ya se habla que sólo se un proyecto familiar, que buscaba un alfil donde encajaba muy bien Cáceres LLica.

Por su parte para nadie es un secreto que Javier Ismodes es el candidato preferido de la Cámara de Comercio de Arequipa. Seguro que las mineras estarían felices con él a pesar de su discurso electoral negando afinidad con ellas. Pero su agrupación no le pertenece y ya presentó algunos de sus colaboradores que en la gestión de Guillen Benavides participaron activamente lo que hace presumir que esos funcionarios que demostraron mediocridad y cierta complicidad para obras que están siendo investigadas, volverán a tener vigencia.

Así las cosas en Arequipa para este 9 de diciembre no parece generar expectativa más allá de algunas voces que en campaña se alzan acusando a cada uno de las peores designios si salen elegidos y potencian algunas acciones que son parte de su pasivo electoral. A Cáceres LLica se le acusa de tener hasta cuatro denuncias por violación lo que ha querido esconder utilizando en campaña su reciente familia. Y a Ismodes se le ha endilgado con el epíteto de ser “pro  chileno”, una denuncia que trae muchos réditos por acá, además de acusarlo de vender tierras de Majes, el futuro de Arequipa, a montos casi de regalo. Así las cosas, parece que serán cuatro años indescifrables.

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