Siempre me pregunté sobre los orígenes de la palabra CURICHI ??… producto que gusta a muchos tanto a los adultos y niños en todos los tiempos, ya sea en nuestra amada región o en otros lugares y con nombre diferente; a decir verdad aún me deleito chupándo un curichi de aguaje…o a lo mejor «puriche», (algunos me corregían), la pronunciación fue cambiando con otros términos en la tríple frontera (Leticia, Tabatinga y Santa Rosa), los Colombianos dicen “puriche”, los Brasileños “Burichi”; y casi siempre algún “paisa” inchirido o fachudo dice: “no es curichi, si no purichi”.

Les voy a contar la real historia de este refresco helado en bolsa pequeña; y para ello debo hablar del señor “Florencio Curi Brañez”, por ese entonces estaba dedicado a la fabricación de las gaseosas de marca «Ticuna” – sabor de uva, y helados en la ciudad de Leticia; llegó a tener un hijo, resultado de la relación con una mujer peruana de apellido Chiang. Alejandro lo llamaron y llevaba el apellido materno doblemente ya que por desaciertos de la vida el Sr. Curi no lo reconoció; este niño fue criado y reconocido por un chino. Cuenta la historia que, años después este joven quiso conocer a su verdadero padre, resultando una dupla de negocios genial al compartir afinidades comerciales, incentivando a don Curi sobre ese producto de «LA BOLSITA CON AGUA CONGELADA», Don curi se entusiasmo visionando este prominente negocio; haciéndole encomendar las bolsas desde china, y formalizar una sociedad familiar.

El lema de «Don Curi» era : “No hay mejor negocio que el agua con sabores congelada en bolsas” y así nació el curichi; de esa palabra perdida y modificada por nuestras ricas y variadas lenguas que se entrelazan; ustedes dirán bueno “Curi”, hasta ahí bien, pero lo de “chi” es porque el querido señor Florencio inicialmente le había dado el nombre de la siguiente manera curi-chiang, porque en honor a su hijo y a la sociedad familiar, bautizó así el nombre al producto; ya que el hijo se llamaba Alejandro Curi Chiang (que terminó siendo reconocido por su padre natural), solo que la palabra se fue perdiendo entre las lenguas y acentos que terminó en «curichi» y el negocio quedaba en la esquina de las calles Nauta con Raimondi, al frente del «Colegio la 21”. Actualmente se llama “Colegio Fernando Lores Tenazoa” o Colegio No 61010. Y al costado funciona la “Dirección Regional de Educación de Loreto”; más conocida como “DREL”.

El Sr. “Alejandro Curi Chiang” se casó con una señora de apellido Manrique y tuvo 3 hijos : Óscar, César y Delia, toda la familia en la actualidad migraron a EEUU; como dato adicional; pero volviendo a nuestro tema, en realidad el «Curichi» que tanto nos gusta, es una aguajina (refresco de aguaje – para los no loretanos), colocada en pequeñas bolsas plásticas y congelada, el aguaje preferido para su preparación no es el «Shambito» (de color rojizo anaranjada – y el más apreciado para consumo directo como fruta), si no el Amarillo ponguete o posheco que es medio harinoso y presenta un sabor más ácido, preferido para preparar la masa que le da ese sabor tan peculiar a la aguajina. No olvidemos que el aguaje tiene alta presencia de grasa vegetal; y que cuando se mezcla con agua adquiere esa consistencia cremosa típica de un helado.

Se dice que antes del «Curichi» existió el «Marciano» en Iquitos, que inicialmente fue de varios sabores : Camu Camu, Hungurahui, Leche con vainilla, tumbo, araza, etc…vendido por primera vez en el Bar «El Volante» ubicado en la esquina de Grau con Alfonso Ugarte que perteneció a la familia Cabrera, pero mucho antes en ese lugar existió un expendio de comida o pequeño restaurante puesto en una carrocería de un Ómnibus, el Restaurante se llamó «El Paraguas»…pero el que se hizo popular fue el de «Aguaje», que comercializaba el Sr. Alejandro Curi Chiang.

El aguaje presenta elevados tenores de pro vitamina A, 5000 UI/g de aceite y ácidos oleicos que son muy importantes en la alimentación humana; Provee vitamina A: El betacaroteno, es el que el que brinda el color característico rojo- anaranjado-amarillo y funciona como anti cancerígeno; protege la piel, previniendo el envejecimiento y una suma de beneficios más; no podríamos olvidar el poder jocoso que se le atribuye al aguaje el cual ha sido estigmatizado por los locales refiriendo que si comes en grandes cantidades te “conviertes” en gay por el hecho de contener muchas hormonas femeninas que podría cambiar o transformar la orientación sexual o hacer sus modales algo “delicados”, lo cierto es que el aguaje tiene fito hormonas que se asimilan a los estrógenos en las mujeres pero de ninguna manera ejercería tal transformación en un varón.

Pero vayamos al proceso de elaboración del principal ingrediente del curichi que es la masa de aguaje; la cual se hace colocando los aguajes en bandejas de plástico. Luego “despipando” todos los frutos. Así se le llama a la actividad que consiste en desprender manualmente el pedúnculo y la corola secos, que permanecen unidos al fruto después de la cosecha. Después lavan los frutos con escobillas para quitar la tierra y la suciedad, posteriormente agregan agua fría hasta cubrir los frutos y los dejan hasta el atardecer. Luego se cambia el agua fría por agua caliente (40 a 70o C) con la finalidad de ablandar los frutos, que son dejados hasta el amanecer del día siguiente. Luego se retira el agua y se procede a machacar los frutos con un mazo de madera. Esto ocurre en el caso de que se observe que los frutos no están muy suaves. En caso contrario, se amasa con la mano. En este último caso, la operación se llama «chapear». La siguiente etapa, consiste en eliminar las semillas y la cáscara, la eliminación de la cáscara no es total, pues queda bastante de ella en la masa. Después se llenan las bolsitas de plástico de manera que estén listas para llevarlas a la preparación de los “Curichis”.

Otro aspecto importante a destacar, es el factor socioeconómico de los famosos «Curichis». Antiguamente las familias se ganaban algunos soles extras para el «diario», preparando los Curichis en casa de forma artesanal. No era raro encontrar en Iquitos los famosos cartelitos «Se vende Curichi», «Hay hielo», que centavo a centavo contribuían a los ingresos del hogar. Lo cierto es que un buen “Curichi” de aguaje cae muy bien después del almuerzo.

Pero lo cierto es que el «curichi» es el helado de hielo que en la costa se conoce como «marciano» (se comercializa en bolsitas más alargadas y de sabores insípidos), a diferencia en nuestra «Isla Bonita» que siempre está en verano, tenemos la necesidad de consumir más productos fríos para mantenernos frescos. Ante ello, surge un rentable y sencillo negocio casero: los Curichis. De todos los sabores, el que tiene mucha demanda es el de aguaje, y recuerdo que de niño hacíamos carreritas al salir del «Cole» la 21 para comprar nuestro «curichi» donde siempre nos atendía atentamente «Don Alejandro Curi»…¿Y tú dónde comprabas tu curichi preferido?