Por: Mario Andre López Rojas *

 

Se terminó la cuarentena oficial y se inicia la cuarentena inteligente, es decir, cada uno debe cuidarse de la mejor manera y por cuenta propia. Con ello, y ya desde hace varias semanas, pareciera que casi todos han vuelto a sus actividades productivas habituales y/o nuevas (adaptación) en la ciudad de Iquitos. Han sido más de 3 meses de confinamiento, con mucho dolor y sufrimiento por la pérdida de muchos seres queridos, además de las fuertes pérdidas económicas. Pero, el virus no se ha ido, no debemos bajar la guardia.

En la previa a todos estos acontecimientos, en el contexto de las cifras económicas, el INEI nos muestra un resultado positivo del Valor Agregado Bruto (VAB) para el primer trimestre del 2020; pero existe la gran posibilidad de que en el segundo trimestre se haya registrado la peor caída de los últimos años. Por ello, en las siguientes líneas analizo algunos de los factores que determinaran, cuánto habríamos caído y si nos vamos a recuperar, ¿a qué velocidad?

Antes que nada, dejar en claro que el panorama económico y social a nivel nacional y regional es bastante incierto, por lo tanto hacer estimaciones objetivas y serias siempre tendrá algún sesgo al error; pero también está claro que tenemos que tener alguna idea de la situación en la que nos encontramos y hacia dónde vamos. Diseñar y ejecutar un plan de reactivación económica lo más realista y objetivo posible debería ser el camino a seguir, en busca de conseguir resultados que sean percibidos por la población en el corto, mediano y largo plazo.

Entonces ¿en qué situación nos encontramos? Según el INEI, para el primer trimestre del año 2020, la actividad productiva de Loreto, medido a través del VAB, creció en 10,8%, influenciado por los sectores Minería e Hidrocarburos (82,7%), Telecomunicaciones y Otros Servicios de Información (4,7%), Administración Pública y Defensa (2,4%), y Construcción (2,1%). Contrariamente, se contrajo la  producción de los sectores Transporte, Almacenamiento, Correo y Mensajería (-5,9%),  Comercio (-2,6%) y Agropecuario (-1,2%). De no haber sido por el extraordinario crecimiento de la producción petrolera, nuestro VAB pudo ser negativo.

Ahora, si hacemos un ejercicio de estimación del VAB de Loreto para el segundo trimestre del 2020, en el contexto del estado de emergencia y cuarentena provocada por el COVID-19, asumiendo algunos supuestos, este se habría reducido aproximadamente en un 65% comparado con similar trimestre del 2019, lo cual representaría una caída anual del 16%, si asumimos que a partir del 1 de julio todo volviera a la normalidad pre COVID-19, lo cual, obviamente no será así; por lo tanto la caída del VAB anual para el año 2020 podría ser mayor a ese 16% estimado inicialmente, lo que supondría una perdida superior a los S/ 1 500 millones para la economía de Loreto.

No olvidar que el VAB de Loreto recién en el año 2018 se recuperó de las caídas de los años 2015 y 2016, ya que el nivel que registró en el año 2018 apenas superó al del año 2014 (casi 4 años de estancamiento: dos años de caídas y 2 años de recuperación). Así, el patrón de recuperación que se dio fue el de una recuperación en forma de “U”. En este caso, según la teoría económica, el crecimiento no es lo suficientemente rápido como para recuperar la tendencia (línea roja) y solo se logra recuperar el nivel de actividad económica pre-crisis (línea gris), como lo podemos observar en el siguiente gráfico.

Ese comportamiento de la economía de Loreto se dio en un contexto totalmente distinto al de hoy y con mucha menos incertidumbre obviamente. Lo cual nos conlleva a sospechar que la recuperación, de aquí para adelante, debería ser más lenta y quizás ya no en la forma de “U”, sino de una “L” (donde no hay recuperación alguna; nunca se recupera el nivel previo y mucho menos la tendencia), esperamos, de todo corazón, que no sea así.

¿Cómo se dará la recuperación económica? Según Llosa en un artículo publicado en Semana Económica, para el caso de la economía nacional: depende de las restricciones de oferta y demanda que estén vigentes en cada momento del tiempo. En el corto plazo, la principal restricción por la cual la actividad económica no se concreta es la imposición del estado de emergencia. En otras palabras, el colapso de la actividad económica se debe principalmente a un “choque de oferta” negativo muy grande. Desde mayo, este choque viene cediendo terreno en línea con el plan reapertura gradual. Al cierre de junio una parte importante de las actividades económicas de diversos sectores habría reiniciado o estará pronta a hacerlo. Existe evidencia de que este retorno en el corto plazo está siguiendo un patrón en “V”, es decir una recuperación robusta después de una caída muy profunda.

Para el caso de Loreto es bastante distinto, ya que la actividad petrolera a la fecha presenta nula producción, debido a la coyuntura de precios bajos, cierre del oleoducto norperuano (ONP) y prevención del Covid-19. Así, el lote 67 desistió de producir desde el 1 de abril por desplome de precios y la costosa logística de almacenamiento. El lote 8 suspendió sus operaciones desde el 18 de abril por dificultades logísticas y el Estado de Emergencia Nacional. El lote 192 no opera desde fines de febrero de 2020. Solo el lote 95 continúo operando en todo abril, alcanzando un nivel de casi 7 veces al registrado en abril de 2019. El ONP paralizó temporalmente sus operaciones de bombeo desde el 30 de abril 2020, por una directiva del gobierno destinada a combatir la propagación del Covid-19 en las comunidades adyacentes a las operaciones del oleoducto.

Las otras actividades económicas, que también se encuentran paralizadas, esperan la autorización respectiva y/o se encuentran adecuándose a los requerimientos sanitarios de hoy, los cuales generan algunos sobre costos y afectará la capacidad de aforo, caso de los restaurantes y centros comerciales. Algunas otras actividades no volverían por lo menos hasta fin de año.

Otra perspectiva la da el número de asalariados privados formales por mes: desde la cuarentena (16 de marzo al 14 de junio 2020, efecto Covid-19) y la cantidad observada entre diciembre 2015 y agosto del 2019, durante la anterior crisis económica sufrida en Loreto. La contracción generada por la cuarentena (al 14 de junio de 2020), en solo 3 meses, ya supera al peor nivel obtenido en enero de 2017 (luego de una caída de 13 meses en aquella oportunidad), y aún no percibimos recuperación alguna, peor aún, la caída al parecer será mayor. Aquella vez, recuperar el nivel de empleo asalariado formal tomó casi 4 años ¿suena familiar?

En detalle, entre el 16 de marzo y el 14 de junio de 2020, según el Ministerio de Trabajo, en Loreto se perdieron 3 885 puestos de trabajo asalariados formales netos (se produjeron 5 370 salidas y 1 485 entradas), lo que representa una caída del 11% con respecto a febrero 2020; cuando en similar periodo del año 2019 se habían ganado 649 puestos de asalariados. De esa manera, casi cuatro mil hogares vieron afectados sus niveles de ingreso; con lo cual la demanda por bienes y servicios, así como el cumplimiento de sus compromisos financieros se vieron fuertemente afectados, además de todos los efectos indirectos.

En ese sentido, sí la pobreza en el Perú se habría incrementado a niveles de hace 10 años atrás y lo traslapamos a Loreto, significa que la pobreza en Loreto se ubicaría aproximadamente en 49.8% de la población para este año 2020.

Por otro lado, según cifras de la SBS, para abril 2020, último dato disponible, el saldo de los depósitos del sistema financiero de Loreto se habría incrementado en S/ 212 millones (14.6%) con respecto a marzo 2020; mientras que, los créditos se redujeron en S/ 26 millones (1.1%), debido a la incertidumbre que existe entre los agentes, lo que conlleva a que acumulen reservas y reduzcan sus intenciones de inversión.

Como medida de ayuda para evitar el rompimiento de la cadena de pagos, en Loreto, al 29 de mayo de 2020, el plan Reactiva Perú benefició a un total de 963 empresas por un total de S/ 253.3 millones. Lo que representa el 1.3% del total de empresas beneficiadas a nivel nacional y el 1.0% del total desembolsado. Asimismo, de las 963 empresas beneficiadas, el 35% fueron microempresas, 51% Mypes, 13% Pymes y 1% grandes empresas. Los S/ 253.3 millones desembolsados representan el 2.8% del PBI de Loreto. El principal sector productivo beneficiado fue Comercio (56.6%), seguido de manufactura (8.2%), transporte (7.7%), hoteles y restaurantes (7.6%), entre los principales. Lo cual sería insuficiente para mantener los niveles previos y más aún cuando nuestra economía es casi 80% informal. Se espera que en su segunda etapa el plan Reactiva Perú llegue a un mayor número de microempresas.

El gobierno central, gobierno regional y gobiernos locales en Loreto deben jugar un papel fundamental para la reactivación económica regional, para ello el Colegio de Economistas ha alcanzado al GOREL algunas propuestas para llevar adelante dicho plan. Dichas propuestas también fueron presentadas ante la PCM y el MEF.

Finalmente, para responder la pregunta sobre la duración de la recuperación, es difícil responder, ya que nadie tiene la bolita mágica, pero lo que sí es seguro, que si no se toman medidas correctas de política económica hoy, tanto a nivel del país como de la región Loreto, la recuperación sería muy lenta y con ella todos los daños que pueda ocasionar. Como antecedente, no olvidar que nos tomó 4 años recuperarnos de las caídas de los años 2015 y 2016 producto del contexto internacional y de algunas acciones de política económica regional mal aplicadas. Ahora, si otra vez, no hacemos lo correcto, podría tomar mucho más que 4 años. También debemos recordar que Loreto mantiene una gran brecha de infraestructura y servicios básicos previos a la pandemia, por lo tanto debemos multiplicar los esfuerzos.

* Vicedecano del Colegio de Economistas de Loreto.