COREPAC y FPL
ESCRIBE: Jaime Vásquez Valcárcel
No sólo en la vida personal y profesional sino institucional debería ser una máxima aquello de que “los inteligentes aprenden de los errores ajenos”. Y la inteligencia no parece ser la característica que guía a los viejos dirigentes de la novísima COREPAC que está convocando a un paro para la próxima semana.
Si algo ha desprestigiado a las acciones de lucha del FPL fue la convocatoria a paralizaciones impertinentes y sin brújula en el período post-fujimorismo en momentos que había otras razones de lucha y otros eran los actores a quienes se enfrentaba. Es decir, los combativos del FPL no tenían “la teoría revolucionaria” tan necesaria y por ello se aferraban a las acciones callejeras y descuidaron terriblemente el análisis de la situación que se vivía. Hoy, después de una década, comprobamos que el FPL equivocó su lucha y el resultado es el paisaje actual: no tienen capacidad ni siquiera para organizar un Congreso.
Los señores de COREPAC, quizás asesorados por sus propias fobias y resentimientos, se aprestan a cometer los errores que otros cometieron hace una década. No se dan cuenta que la población no apoya paralizaciones y la cobertura mediática va en ese sentido porque más que luchar por determinadas obras lo que se percibe es que esa convocatoria se hace para combatir a determinadas autoridades que están diametralmente opuestas a quienes promueven estas acciones.
Y no es que la razón de la paralización convocada por los dinosaurios disfrazados de siempre sea inadecuada. No. Porque todos estamos de acuerdo en que los chinos que ejecutan los trabajos en Iquitos incumplen los plazos y desprecian los derechos ciudadanos. El motivo está bien. Pero la acción de lucha tiene un tufillo tendencioso que la descalifica. Porque si de proteger a la población se trata lo mismo tendría que hacerse contra aquellas autoridades que han demostrado incapacidad para arreglar un sector de la curva de Moronacocha.
Desconozco si alguno de los que promovía las paralizaciones en el FPL está en las filas de COREPAC. Pero por lo menos tendrían que conocer esos errores para no cometerlos. Porque si ya es una torpeza no aprender de los errores ajenos, tropezar dos veces con la misma piedra es un signo de testarudez que el pueblo, Dios y la patria repudiará.