La creencia en uno mismo es una capacidad que no todo el mundo tiene. Sin embargo, se trata de una virtud que se puede adquirir en cualquier momento de la vida. La clave está en mantener esa idea. El psicólogo Albert Bandura fue quien impulsó este concepto tras muchas investigaciones. Y se basó en el comportamiento de diferentes individuos, según si creían o no en sí mismos, y obviamente, los resultados obtenidos.
Pero no basta simplemente con decir “confío en mí” o “soy capaz de lograrlo”, sino que hay que actuar en consecuencia. Esto significa, comenzar con buena actitud y mantenerla, pero también perseverar, esforzarse cada vez más y afrontar los retos que van surgiendo en el camino.
Son diferentes las habilidades que necesitaremos para ser autoeficaces, pero la principal es la perseverancia. Gracias a la persistencia, y en algunos casos la tozudez, iremos más allá que el resto de los mortales que nos rodean.
Nos enfrentaremos a retos y ganaremos cada etapa, iremos un paso más allá y subiremos de a un peldaño, tal vez lento, pero seguro. Y lo mejor de todo es que al ser perseverantes, nos convertiremos en resilientes, por lo cual, acabaremos siendo autoeficaces.
Pedir retroalimentación. Las personas que sean de mayor confianza para ti (tu pareja, tu mejor amigo, tu mentor) son los que te dirán cuáles son los cambios que están viendo en tu actitud. Pero además, presta atención a las pistas que te ofrece el camino.