Mismo aire, misma ciudad

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Tres y media de la madrugada en el aeropuerto y la esperanza de ver nuevamente a la ciudad que tanto se añora, no deja que el sueño sucumba al cuerpo. Sentado en una silla fría repaso las últimas noticias de la realidad de Iquitos. Como siempre resalta más el periodismo para periodistas. Una agenda que, a pesar que ha sido costumbre, no para de asombrarme. Todo mundo se maletea con la intención subalterna de traerse abajo entre todos. Como un balde cangrejos.

Por ahí leo que muchos periodistas o empresarios del periodismo quieren incursionar en la política. ¿Cómo si nunca lo hubiesen hecho?, sólo que esta vez de manera militante, sin desparpajo, como si hubieran estado esperando que el trampolín del periodismo, le silbe el bochornoso pitazo de arranque. Ese sólo hecho me deprime porque de seguir en este proceso de decaimiento de liderazgo, hace presagiar que la curva del descenso en Loreto no se frenará.

Sí es notorio es la falta de autoridad. En todo sentido. En lo distrital, provincial y regional. Cómo si esos poderes fácticos que siempre han existido en la política ahora hubiesen despertado y reclamado actuar de manera descarada. La autoridad ya no gobierna, no ejerce su poder. No sólo está empeñado a los pequeños facinerosos, sino que éstos están remplazándolo en su trabajo de gestión. Entonces la autoridad es simple vasallo, que se ocupa de los problemas inmediatos, pequeños, de los detalles, del ripio.

A pesar de todo el aire limpio, aunque con mucho ruido, sigue siendo el mismo. Una leve esperanza para pensar que los problemas de inseguridad, de falta de infraestructura, una ciudad sin orden y en desgobierno tenga el consuelo que no todo está perdido, por más que parezca. Por más que sus autoridades de empecinen en hacerles creer que gobernar significa responderle a la demanda del micro y no mirar al horizonte que parece dejar atrás a la Amazonía. Cómo si esa maldición histórica de ser la región pobre y olvidada haya sido la leche que mamaron estas autoridades para morir en esa letanía que también uno respira cuando está en esta hermosa ciudad.

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