El solipsismo amazónico nos hace imaginar o creer que no estamos conectados. No. Estamos más conectados con lo que pasa afuera de lo que imaginamos. Un ejemplo de esa conexión es el desierto del Sahara con la Amazonía. El polvo del desierto viaja miles de kilómetros para fertilizar los bosques de esta parte de la floresta. Es una gran imagen de trabazón de mundos aparentemente diferentes.  Y podemos encontrar muchos más. El palustre está conectado con lo que está pasando más allá de sus fronteras imaginadas y reales. Hace poco se publicó la noticia de la independencia de Barbados, república de esta gran zona cultural como es el Caribe. Antes era parte de la corona inglesa y desde hace unos días es una república independiente. A Barbados llegó población negra esclava para el cultivo del algodón de la colonia británica. En la historia de Barbados también se entrecruza la experiencia colonial española. ¿Por qué digo estas cosas? Es que Barbados está conectado con la manigua ¿cómo así? Sí, en pleno esplendor cauchero, empleados de la Casa Arana viajaron hasta Bridgetown para contratar a población negra para que sean capataces de las estancias caucheras del Putumayo. Les hicieron firmar unos contratos y en un abrir y cerrar de ojos estaban en la zona del Putumayo. Muchos de ellos desempeñaron un trabajo poco decoroso en la lógica extractiva de la shiringa, asesinaron cruelmente a indígenas que extraían caucho del monte. Es por ellos que el Comisionado Roger Casement llegó al Putumayo para recoger su testimonio para informar a la Corona inglesa sobre la Casa Arana, ya que en esa empresa había de por medio intereses ingleses a cautelar. Luego de recibir los testimonios de los barbadenses Casement logra convencerlos para que vuelvan a su país de origen. En plena navegación del tornaviaje escuchan el rumor de la construcción del ferrocarril Madeira- Mamoré que unía Porto Veho con Guajara- Mirim, en el Estado de Rondonia, Brasil. Era una loca empresa del multimillonario estadounidense. Los barbadenses abandonan la vuelta a casa y se van a trabajar en la construcción del ferrocarril, conocido también como el «Ferrocarril del diablo» o «Ferrovia do Diabo» por la ingente muertes de personas en su empresa que no pudo vencer a la maraña. Esta historia ha sido muy bien retratada de Marcio Sousa en la novela «Mad María» ¿La Amazonía está desconectada?

https://notasdenavegacion.wordpress.com/