Esta semana se supo por versión de Jorge Barata que el ex presidente regional de San Martín César Villanueva recibió 60 mil dólares en dos armadas cuando ejercía el cargo. Recordemos que fue uno de los artífices en silencio y en comparsa con Martín Vizcarra que ayudaron para que Pedro Kuczynski renunciara al cargo. En ese entonces se hablaba que si alguien sabía cuál sería la decisión en torno a la renuncia de PPK y cómo se encumbraría Vizcarra, era él.

Ahora que se realizó la denuncia todo vuelve a opacarse una vez más en la intención del gobierno de querer adelantar elecciones al 2020. Incluso algunos podrían considerar que esta intención de Odebrecht es un mensaje debido al entrampamiento por parte del Poder Judicial para poder cobrar más de 500 millones de soles por la venta a una empresa China que le hizo la empresa Brasilera.

No sólo eso. La posición de la Fiscalía se ha visto debilitada porque avalar la situación de los brasileños al informar que no había en curso ninguna denuncia, no sólo era sospechosamente ingenua sino hasta sonaba a complicidad. Algunos dirán vale este juego en pared del Ministerio Público con Odebrecht debido a la información clasificada que entrega Barata y que ha permitido comprometer a los últimos cuatro ex presidentes.

Sin embargo a la luz de los hechos, esta situación que aún es validada en términos de respaldo popular, poco a poco se va ver debilitada en algún momento ganando terreno los facinerosos que quieren que nadie cambie y menos se adelante elecciones que puede determinar su desaparición legal en términos estadísticos.

Mientras ganaba terreno y se empoderaban los oscuros personajes de siempre la empresa brasileña volvió a dar estos detalles en torno a Villanueva, Villarán, Flores Nano, Keiko Fujimori y también empezaron a salir los nombres de los cuasi periodistas que cobraron por “consultorías” desde la ya famosa caja 2 de la corrupción. Es duro reconocer pero da la impresión que la fiscalía suelta selectivamente y, en torno a su defensa, ante la opinión pública denuncias que distraen y le generan respaldo.

Lo decimos porque uno imagina que si tan pronto estaban estas coimas que llegaron al ex premier de Vizcarra no se puede descartar que en algún sentido podría haber una “delación” en torno al Moqueguano y con eso no habrá excusas para adelanto de elecciones o cierre de Congreso sino una triste posibilidad de vacarlo sin mayor atenuante, volviendo a la escena máxima a los mismos de siempre, con consecuencias sociales imprevistas obviamente, pero habría un retorno fatal a lo que muchos peruanos han detestado las última décadas.

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