Escribe: Percy Vílchez

La obra que iba a embellecer la parte central de Iquitos, el proyecto que se convertiría en un atractivo para los lugareños y los turistas, se ha convertido en un antro del vicio. Las calles involucradas en el plan fallido hasta ahora, lucen desoladas o abrumadas por el abandono. En varias partes aparecen trabajadores como fantasmas de un desastre. Eso en el día. En las noches aparece la invasión de los parias de la ciudad o aquellos que se dedican al consumo de variadas drogas. La alameda entonces se ha vuelto un fumadero público, gracias a la clara y rotunda ineptitud de autoridades y constructores.


Es increíble que una obra de esa índole, que no requiere tanto esfuerzo o despliegue de habilidades especiales, se haya convertido en una especie de elefante blanco. La obra ha avanzado por otras partes pero se ha quedado estancada cerca de la plaza de Armas, cerca del Amazonas, interrumpiendo la vida comercial de esa parte de la urbe oriental. Es perjudicial, por lo tanto, para los que viven por esos lares. Algunos vecinos se quejan de que no pueden salir por la noches debido a la peligrosa presencia de los fumones. Es decir, esos moradores están como acosados en sus propios domicilios. Y la famosa obra está paralizada. Y, por lo mismo, no tiene cuando concluirse.


No faltaba más en nuestro historial de fracasos, de obras inconclusas, de obras mal terminadas y hasta de obras nunca hechas. Todo ese arsenal de desastres cubren la región como una maldición de dioses vengativos. Y en el centro de la misma ciudad que dirige el destino de los demás aparece esa alameda condenada al vicio, como una burla de nuestro destino contrariado. O sea que en el mismo corazón de la metrópoli isleña aparece una muestra de la desgracia que conspira contra el progreso de esta parte del Perú.


La actual alameda del vicio nocturno es una alerta letal. Es la infausta noticia que demuestra que la corrupción se ha desbordado. Es la alarma que dice a grandes voces que la ineptitud tiene las piernas largas. Y dice sin palabras que puede atacar o perjudicar a cualquier parte de Iquitos. Y lo peor de todo es que los mismos ciudadanos solo miran los hechos sin atinar a tomar acciones. Es posible que la pasividad sea nuestra marca de fábrica o de nacimiento. Pero si seguimos así corremos el riesgo de habitar en una ciudad arruinada por la incompetencia letal.

1 COMENTARIO

  1. Creo que ya la población debe tomar cartas en el asunto e ir ante esta constructora y sus dueños a exigirles que terminen esta obra o de lo contrario accionar como hacen en otros lugares pasearlos desnudos por las calles por corruptos, cuantos años y esta constructora no puede terminar la obra que incapaces son los funcionarios o tan coludidos esta en esta obra inconclusa que tanto daño le causa a nuestra población y a los pequeños empresarios que invierten y pierden por culpa de estos corruptos

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