Un poco de geología no nos viene mal

Moisés Panduro Coral

La Biblia dice que fue en el tercer día de la Creación que Dios reunió en un solo lugar las aguas que estaban debajo del cielo y que de este modo apareció una parte seca a la que el libro de los libros llama tierra, mientras que a la reunión de las aguas la llama mares. La versión bíblica es confirmada por los resultados de estudios avanzados que los investigadores han ido logrando a través de los años, pues en la literatura científica hay incontables referencias a un continente único que en el transcurso de las eras geológicas fue adquiriendo diferentes y variadas formas hasta llegar a la denominada Pangea, masa terrestre a partir del cual nacieron los continentes que tenemos hoy.

Es asombroso ver una animación de la historia geológica de la Tierra. Ir descubriendo el proceso de separación de gigantescas y medianas masas tectónicas que dan origen a la conformación de nuevos continentes, para después pasar a un proceso de fusión, -millones de años de por medio-, luego fraccionamiento y después, acoplamiento, y así sucesivamente. Tal es la dinámica terrestre que parece que estuviera enzarzada en un juego inextricable y no percibido de distanciamiento y juntura. Juega al matrimonio y al divorcio, a la unión y a la desunión, al abrazo y al empujón, al azar y al determinismo, a la armonía y a la catástrofe, a la atracción y al rechazo.

Más asombroso resulta cuando la geología futurista nos presenta los escenarios previstos de distribución de los actuales continentes. Imaginarse el suroeste de Norteamérica reclinado hasta acercarse al norte de Sudamérica, desaparecidas las islas de Centroamérica, con una Antártida reverdecida y habitable pero alejada de la parte austral del continente sudamericano es algo que nos deja boquiabiertos. Y ni qué decir de los otros continentes. ¿Alguna vez ha fantaseado con África, Asia y Europa formando juntos un continente, desaparecido el Mediterráneo, con grandes islas al norte de aquel y con una Australia unida a Filipinas y Japón?. ¡Tremendo!, ¿verdad?.

Eso no es nada. Porque parece que el destino de nuestro planeta es finalmente volver a la unidad continental primigenia, es decir a esa remotísima época en que Dios separó las aguas de la tierra. Por lo menos, eso es lo que dice la geología futurista que en su proyección ha establecido que es inevitable que volvamos a una nueva versión de la Pangea pre-cámbrica cuando Norteamérica, Sudamérica, África, Europa y Asia formen un sólo y gran continente ligado por una isla-puente a un nuevo y pequeño continente compuesto por la Antártida y Australia.

Algo más, el Océano Pacífico se convertirá en nuestro solitario, exclusivo e inmenso mar, aunque no tan solitario que digamos porque en la parte más o menos céntrica del gran continente existirá una gigantesca laguna mediterránea para deleite de los terrícolas que habitarán en esas fechas nuestro mundo. ¿Cómo será la humanidad en esos tiempos?, no lo sabemos, pero es perfectamente factible conjeturar que el Todopoderoso, en su inteligencia eterna, pueda haber dicho “saben qué, estos humanos ya me cansaron, no pueden unirse por su propia voluntad, ahora los voy a unir por la fuerza, voy a imponerles la unidad”. Pero tranquilícense, todo esto sucederá, para felicidad o infelicidad nuestra dentro de unos insignificantes ¡250 millones de años!. Naturalmente, insignificantes para la eternidad. Insondables para la humanidad.

Uno queda aturdido frente a estos escenarios de proporciones incognoscibles. Nos quedamos pasmados mirando estos proscenios inescrutables, aún cuando los sintamos inverosímiles desde la inconmensurable futilidad de nuestra fugaz existencia corpórea. Podemos construir faraónicas y complejas arquitecturas ostentosamente consideradas como expresión del ingenio humano, pero no podremos ir contra esas colosales fuerzas tectónicas que trabajan febrilmente en la reconfiguración de la corteza terrestre. Como que podemos enviar una tripulación humana a Marte pero no podremos ir contra la ley de la gravitación universal que dicen que Newton la descubrió después que un manzanazo le cayera en su cabeza.

Sin embargo, es en esta tierra preñada hasta el infinito de briosos procesos dinámicos donde desarrollamos nuestras vidas. Aquí somos testigos y partícipes cotidianos de otros procesos, menos catastróficos en términos de configuración terrestre, y a pesar de ello, más sensibles, más perceptibles, más relevantes para la especie humana. El cambio climático y su causa principal, el calentamiento global; la crisis financiera internacional originada por la angurria de los poderosos; la pobreza y su razón primitiva, la injusticia, para citar unos ejemplos. Ése es nuestro presente y nuestro futuro.

¿Para qué sirve entonces conocer cómo fue el planeta Tierra hace 650 millones de años, en el inicio de la Creación?. ¿De qué sirve saber cómo será el mismo planeta dentro de 250 millones de años, -tal vez- en el fin de la Creación?. Les respondo. Debe servir para proveer a nuestra existencia de ése pequeño detalle que nos hace falta y que es la reflexión filosófica. La filosofía no es un tema distintivo y excluyente de filósofos. Para mí es, en mayor medida, un tema de no filósofos, de profanos de la filosofía, de buscadores libres de la verdad, de exploradores obstinados del sentido de la vida, de rebeldes contra la apatía materialista.

La filosofía nos acerca a la espiritualidad, sin que ésta signifique necesariamente religiosidad. Y la espiritualidad es aquella que nos acerca al nivel de conciencia supra-individual de Hegel; al altruismo social definido de manera extremista por Augusto Comte; a la capacidad para vincularse con la universalidad que Haya de la Torre predicó con su experiencia vital.

¿Ya ven que no nos ha venido mal un poco de geología?.

2 COMENTARIOS

  1. Estimado Tamishi, gracias por tu comentario. Sólo unas pequeñas precisiones:

    1. En ninguna parte del artículo digo o afirmo que Pangea fue el “primer” continente. La historia geológica de la Tierra tiene millones de años antes de Pangea, y efectivamente, Rodinia comenzó a formarse hace alrededor de 1.300 millones de años a partir de tres o cuatro continentes preexistentes, acontecimiento que se conoce como la Orogenia Grenville. La pregunta natural es ¿y esos tres o cuatro continentes preexistentes a partir del cual nace Rodinia de donde se formaron?. Tienes que ir un poco más atrás y encontrarás que surgieron de un supercontinente llamado Columbia (también le llaman Hudsonia), que existió hace 1,800 a 1,500 millones de años.

    2. Pangea apareció hace unos 650 millones de años, o sea, en el “tercer día” según la Biblia, y así empiezo el artículo haciendo referencia tácita a que ya hubo un “primer día” y un “segundo día”. No hay que olvidar que para Dios un día es como mil años (o millones de años si lo quieres) ése es el sentido de la Eternidad. No hay que entender el “día” de Dios literalmente.

    3. Columbia (1,800 millones de años) y Rodinia (1,500 millones de años) probablemente correspondan al “segundo día” de la Creación, pues ya existen las referencias de un predecesor de Columbia llamado Kenorland (2,700 millones de años). Y antes de Kenorland, estuvieron Vaalbará y Ur (3,300 a 3,600 millones de años) que probablemente coexistieron como únicos continentes durante los periodos anteriores, y que corresponderían al “primer día”. Nuestro planeta tiene una antigüedad de 4,540 millones de años.

    4. Resumiendo: no fue Rodinia como afirmas, el primer gran continente, ni siquiera Columbia, ni Kenorland, sino Vaalbará. Por eso, repito, no dije en ningún momento que Pangea sea el “primer” continente.

    5. Algo más, la Pangea a la que hago mención y que apareció hace 650 millones de años es Pangea I o Pannotia, pues existió una Pangea II más recientita hace unos 255 millones de años. Es de esta última Pangea II que surgen los continentes actualmente existentes. Y lo que se proyecta para dentro de 250 millones de años es la Pangea III, a ella me refiero cuando digo que Dios nos unirá algún día a indoamericanos, gringos, chinos, europeos, africanos, árabes, esquimales, a todos en un solo continente.

    Leer -y sobre todo comprender- mejor mi modesto artículo no estaría mal, ¿verdad?.

  2. Muy Interesante el articulo, pero solo una pequeña correccion, o diria yo bien grande!!. Pangea no fue el primer continenete, el primero es llamado de Rodinia y existio millones de años antes que Pangea. En esa epoca todo el planeta fue cubierto de Hielo y millones de años despues la presion y la calentura interna de la tierra abriron la crosta de hielo y fueron separando las grandes masas de tierra. Ai se formo Pangea, que despues dio origen a lo que hoy conocemos como Sul america, Africa, America del Norte, Europa, etc, etc….

    Entonces el Primer grande continente fue??????……

    Respuesta: R O D I N I A !!!!

    Leer un poco sobre formacion de la tierra no estaria mal, VERDAD??

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