¿Recién empieza la inclusión social?

Moisés Panduro Coral

Las dos palabras han sido empleadas en campaña electoral y ahora se han puesto de moda. Hoy se habla de inclusión social como algo que el anterior gobierno no hizo y que recién comenzará en nuestra nación. Inclusión social se proclama y se repite como una novedad que nadie siquiera se ha imaginado. Es el descubrimiento de la pólvora, la última invención del ingenio humano, el hallazgo más trascendente de nuestra historia, la palabra más fascinante en la boca de un político.

¿Es cierto que la inclusión social es una esfera de reciente manufactura en la gestión pública?. Los que se opusieron y se oponen al ex Presidente Alan García y al APRA por supuesto que dirán que sí y se inscribirán en esa lista que cree ingenuamente que la inclusión social se inicia con el Presidente Humala. Yo digo que no. La inclusión social conceptuada de la manera más sencilla es la provisión a los grupos poblacionales marginados y a los sectores populares desprotegidos de los medios y recursos indispensables para poder desarrollar y alcanzar un estilo y un nivel de vida digno y estable. Esos medios y recursos son diversos: educación, salud, nutrición, empleo, asistencia social, ingresos, identidad, agua potable y saneamiento, electrificación, vías de comunicación, derechos civiles, entre otros. Y ese proceso en el Perú ya se inició hace varios años.

Algunas cifras ayudarán a argumentar mejor lo que sostengo. Revisemos los resultados: la pobreza en el año 2005 era de 48.7%, en 2008 era de 36.3%, en 2010 de 31.3% y se espera que al finalizar el año la medición registre el 30% que es la meta que Alan García asumió en su discurso presidencial del 28 de Julio de 2006. ¿No es este resultado un indicador de la inclusión social?. Hay opositores que cuestionan estas cifras soslayando olímpicamente que los métodos de medición de los indicadores de pobreza están internacionalmente estandarizados. Pero este resultado es, a su vez, la consecuencia de la aplicación de diversos programas sociales cuyo objetivo precisamente es la inclusión social.

En el año 2006, el programa Juntos tenía 110,235 beneficiarios a nivel nacional, mientras que en el año 2010 la cifra fue de 471,511, es decir durante el gobierno aprista 361,276 familias más fueron incluidas en este programa, una cifra tres veces superior a la que encontró Alan García. A propósito, es bueno recordar que en Loreto en el año 2006, es decir durante el gobierno del Presidente Toledo, no hubo ni una familia beneficiaria del programa Juntos y ahora los beneficiarios bordean las 10,000 familias.

Igual ocurre, por poner otro ejemplo, con el SIS. Este programa social inició sus funciones en 2007, es decir en los inicios del gobierno de Alan García, año en que cubrió a nivel nacional 6’983,157 afiliados, incrementándose esta cifra a junio de 2011 a un total de 12’176,859 afiliados. En el caso de Loreto, en 2007 el SIS empezó con 417,611 afiliados y ahora tiene 830,255 afiliados, es decir cerca del 90% de la población loretana está asegurada en este programa social.

¿Estas dos cifras no son acaso resultados de un proceso de inclusión social llevado adelante por el gobierno de Alan García? ¿Por qué entonces la mezquindad del no reconocimiento?

No hay mucho espacio para mostrar otras cifras, pero en el caso de Loreto resaltaré dos más: la inversión en agua y saneamiento a través del programa social Agua para Todos con más de 70 proyectos ejecutados, 300 millones de soles de inversión y cerca de medio millón de beneficiarios; y los programas de electrificación rural y de la periferia urbana con 220 localidades y asentamientos beneficiados y una inversión superior a los 70 millones de soles. Todo esto habla de un firme encaminamiento, de un avance importantísimo y de un progreso alcanzado en la tarea de incluir socialmente a los más pobres y marginados de nuestra Patria.

Evidentemente, en cinco años no se puede satisfacer todas las demandas. Por ello es que es deber del nuevo gobierno continuar con la inclusión social y con los programas sociales que lo sustentan, mejorando su efectividad, focalizándolos más eficazmente, elevando su eficiencia. Así, Construyendo Perú, el programa bandera del anterior gobierno se llamará Trabaja Perú; Pro Joven se llamará Jóvenes a la Obra. Y, de acuerdo a los expertos, Cuna Más será en realidad una versión más amplia del programa Wawawasi creado en el gobierno del Presidente Toledo y potenciado en el de Alan García; Pensión 65 será una expansión focalizada del programa Gratitud que creó Alan García y que este año tenía como meta la atención a los primeros 50,000 beneficiarios en diversos departamentos del país; Beca 18 será la unión de las becas ya existentes en el Perú como son las becas Bicentenario, Haya de la Torre y Aprolab I y II, y que tan buenos resultados vienen dando al Perú en el proceso de gestación de una nueva juventud emprendedora, patriótica y lista para responder los desafíos del futuro.

El Poder Ejecutivo ha anunciado la creación de un nuevo ministerio al que llaman del “desarrollo y la inclusión social”. No sé si será lo correcto porque como ya se ha hecho notar tanto la inclusión social como la pobreza son multivalóricos, multidimensionales, y por lo tanto deben ser tratados como temas transversales que abarcan variables sectoriales heterogéneas. Más allá de esta reforma, creo que la premisa para que la inclusión social continúe avanzando es que el gasto social crezca en la medida del crecimiento económico. En 2006, el gasto social era de 3,923 millones de soles, cifra que se duplicó con el Presidente García a 7,592 millones de soles en 2011. El reto del Presidente Humala es duplicar la cifra de 2011 para seguir impulsando la inclusión social hasta el 2016.

Y es obligación de todos los peruanos, independientemente de nuestras diferencias políticas y desde donde nos encontremos, poner el hombro para que eso ocurra por el bien del Perú.

4 COMENTARIOS

  1. Este tema es fundamental para que la riqueza sea compartida con las personas de escasos recursos sin embargo esta distribucion debera ser sin perjudicar la salud del pais porque de lo contrario el remedio sera peor que la enfermedad.
    Me parece que primeramente se debe buscar como emplear a los mas marginados, es decir darles una oprtunidad de ganar mas en lo que mas saben hacer, pues se debera empezar por los artesanos, tennicos de mando medio,pequenos inversionistas que no saben como manejar su capital,zsapateros, sastres etc. que son los mas problables que sepan un oficio que de rentabilidad y en segundo lugar con los que no tienen educacion y ningun oficio es decir que son los mas golpeados por la sociedad, a estos se tiene que capacitarlos en algo que pueda ser util en la economia, me parece que esta es la tarea mas dificil puesto que hay que capacitarlos y al mismo tiempo aumentarles sus ingresos.
    Sobre este tema existen bastantes estudios en al banco mundial y eben el BID que pueden ser recogidos, que ya han sido aplicados en otros continentes como asia y africa.
    Lo que si se quiere es que el pais mejores pero sin sacrificar la inversion privada del todo sino tan solo lo mas necesario porque sino el remedio podria ser peor que la enfermedad como dije.

  2. La reinvindicacion, de los pueblos, olvidados, marginados, humillados y desamparados por fin lograron que sean tomados en cuenta.

  3. Por no te callas una decada, tuvieron ya lo oportunidad mas que suficiente de hacer algo bueno para la gente y no cumplieron, dejen que la gente de Ollanta trabaje y demuestre lo bueno que sera para el pais y tu solo debes aprender la leccion.
    Los que tenemos memoria ya sabemos como termino el primer gobierno de Alan, los electores adictos al masoquismo del APRA lo dieron una segunda oportunidad y ya sabemos como termino, Alan y su camarilla ahora tendra que ir a la justicia de grado o fuerza para cantar, no mas cancer para el pais.
    Callate y no hables mas.

  4. Una sola diferencia: oponerse a Alan García no es oponerse al Apra.

Los comentarios están cerrados.