¿Presupuesto o Sección Pedidos?

Moisés Panduro Coral

La Ley de Presupuesto General de la República 29812 aprobada por el Congreso de la República trae una novedad que no tiene nada que ver con alguna innovación normativa, técnica o valorativa. En realidad, la novedad consiste en volver a una vieja práctica que fue desterrada hace ya varios años de la normatividad presupuestaria no sólo por su impertinencia, sino por razones pragmáticas y conceptuales. Es decir, la novedad no es una novedad nueva sino una novedad vieja, una vejedad.

La ley mencionada tiene solo veinte artículos, como ha sido el estandar desde que se estableció la buena práctica de que por el principio de exclusividad del presupuesto público, la legislación presupuestaria sólo debe contener temas presupuestarios. Sin embargo, líneas abajo se despacha con un total de 112, sí así como lo lee, ¡112 disposiciones complementarias!. Esta hemorragia apenas detenida de disposiciones complementarias convierte a la ley en un voluminoso libraco que en lugar de orientar o enmarcar la ejecución presupuestal, lo confunde y lo complica; un vademecum de recetas con cifras para curar algunos sarpullidos pero no para tratar la intoxicación que los produce, una acta de la sección pedidos de alguna asamblea popular a los que se les  ha puesto el sello de atender.

En ese listado de buenas intenciones se encuentran algunos temas referidos a Loreto, como por ejemplo, la aprobación de una transferencia al Gobierno Regional de Loreto por un monto de 10 millones de soles, de los que cinco millones serán para financiar los estudios de pre-inversión del proyecto “Drenaje Pluvial de la Ciudad de Iquitos” y otros cinco millones para la “Central Hidroeléctrica de Mazán” de 150 MW que incluye el Sistema de Transmisión Nauta- Iquitos. Yo tengo mis reparos en ambos  casos. Huelen  a tren de expectativas que se mueren cuando el consultor abandona todo y se va a un arbitraje eterno donde siempre pierde el Estado. Huelen a corrección apurada de despropósitos técnicos para tapar una pésima inversión, a redundancia de ideas que simulan abundancias que no existen, a lobbies para efectuar estudios en los que lo que interesa es el billete porque finalmente los proyectos no resultan viables, como ya ha ocurrido en nuestro escenario regional.

Ése es el problema. Expectativas, despropósitos, redundancias que en lugar de recorrer previamente el imprescindible trámite institucional, de consulta y de financiamiento se ven convertidos, sin más, en leyes. Si a cada petición que se presente al Presidente de la República le damos este tratamiento, me temo que la próxima Ley de Presupuesto 2013 tendrá, por lo menos, unas 500 disposiciones complementarias. Y eso, pone en duda la calidad y pertinencia de una herramienta básica de la gestión de gobierno que es el presupuesto público.

1 COMENTARIO

  1. DICE UNA CANCION PROTESTA.. PARA EL PUEBLO LO QUE ES DEL PUEBLO». PERO ESTE PUEBLO, ESTE PERU TIENE EL GOBERNANTE QUE ELIGIO. SI ASI EMPIEZA… solo son 6 meses.. QUE NOS ESPERAN LOS PROXIMOS AÑOS.. SIN DEJAR DE LADO QUE ESTA LUCHANDO CONTRA LA CORRUPCION… JAJAJAJAJAA

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