El Perú no está exento de aquellos países que encarcelan de forma injustificada a líderes de partidos políticos de oposición, con el pretexto que estos generan revolución y no dejan trabajar, o hasta decir que son parte de organizaciones criminales y que atentan contra la integridad del Estado.

Digo esto por los acontecimientos que se realizaron en casi todos los países, Venezuela un claro ejemplo de ello, donde figura el líder de oposición al partido de Chávez, hoy liderado por Maduro, Leopoldo López; en Cuba, por ejemplo a José Daniel Ferrer, quien sufre constantes atentados por ser oposición al gobierno castrense y por ser parte de esa cúpula de demócratas cubanos que buscan el progreso de su nación; o como al líder ruso de oposición Alexei Novalny, que fue encarcelado por convocar a una manifestación contra los actos de corrupción que se vienen realizando en el gobierno del presidente ruso Putín; y en el Perú, a la lideresa del partido de oposición Fuerza Popular, Keiko Fujimori, por el supuesto hecho de conformar una organización criminal dentro del partido político, mencionado anteriormente, además por “La Gran Evidencia de Peligro de Fuga existente”, a pesar que durante estos 18 años ha estado siendo investigada.

Este último acontecimiento, definitivamente, muestra un golpe bajo al legislativo quien por voto ciudadano, en elecciones 2016, eligió como mayoría absoluta al fujimorismo, liderados por la bancada de Fuerza Popular, y cuya líder está actualmente en prisión. Este mero hecho resalta la política desafiante por parte del presidente Vizcarra hacia el “supuesto boicot” que se ha venido realizando a su gestión, empezando desde el ex presidente Pedro Pablo Kuczynski quien tuvo que renunciar ante las evidencias de actos de corrupción, y en donde el actual Presidente Martín Vizcarra no se encuentra exento de ello, con el caso de Chincheros.

En definitiva estamos viviendo en el Perú la pugna de dos poderes del Estado, la lucha entre el ejecutivo, con sus medidas populistas; y el legislativo con su rol fiscalizadora, y en donde el Poder Judicial y el Ministerio Público son meros interventores ante ello.

Nuevamente ¿Los peruanos somos testigos de acontecimientos que en vez de llevarnos al progreso, nos conlleva al retroceso?

Es para gritar fervientemente: Y ESTO SUCEDIÓ EN EL PERÚ…