Somos famosos

[Por: Moisés Panduro Coral].

Crece como espuma la fama de Loreto. Se agiganta hasta la estratósfera la nombradía de Iquitos. En las últimas semanas, todos los días del almanaque venimos gozando del horario preferencial de los noticieros de las radios y de los programas de televisión de alcance nacional. No podemos quejarnos del olvido porque no hay fecha del calendario en que no se acuerden de nosotros, no hay jornada nocturna de domingo que no salgan en la pantalla los rostros de personajes a quienes les debemos este inigualable estrellato que nos catapulta a ser un pueblo recontra conocido, una ciudad y una región que ocupan el primer lugar en cantidad de horas en los medios de comunicación de masas.

Un domingo, Loreto es puesto en el pináculo de la notoriedad con un informe periodístico que -repitiendo lo que aquí se ha venido denunciando desde el 2008- canta al mundo que en esta tierra de alta desnutrición crónica el gobierno regional de Loreto se ha dado el lujo de botar al agua 100 millones de soles en los mal llamados “créditos agrarios” sin exhibir ningún resultado concreto, con un PBI regional atascado hace años, con agricultores cada vez más empobrecidos y varios granujas enriquecidos silbando al cielo; y en el siguiente domingo tenemos en el horario estelar a la Municipalidad de Maynas con una obra fantasmal de cerca de 3 millones de soles, ningún resultado visible y con explicaciones del hecho más extravagantes que un platillo volador rondando por el río Nanay cerca de Huaturi.

Llegan otros domingos y ahí seguimos: Loreto, colero absoluto en indicadores de educación y salud, nuevamente haciendo noticia con un tren fantasma de 4 mil millones de dólares para 565 km que avanza raudo saltando cochas de 8 metros de altura en más de 100 km; un alcantarillado y tratamiento de aguas servidas de 800 millones de soles que dicen que funciona pero que nadie lo ha visto salvo los que lo licitaron y contrataron; y seguimos en Maynas con más proyectos fantasmas; con compras de materiales de varias toneladas que se solicitan, se licitan, se contratan, se envían desde una lejana ciudad sin guía de transporte mostrable, se reciben en Iquitos, entran, salen y desaparecen del almacén, todo ¡en un sólo día! ¡récord Guinness absoluto! ¡milagro sublime de la gestión pública!.

No faltan en estos domingos de gloria mediática un presidente regional de Loreto en serios problemas por una compra oscura de barcazas, resoluciones que van y vienen como una mecedora desde un poder del Estado de nimia credibilidad; shows polarizados tratando de ganar votos para el gas barato o para el tren fantasma, unos melifluos desubicados confundiendo un proceso judicial con el camino al calvario de Jesucristo, un tema de investigación con la celestial redención; y para completar el panorama una ciudad sucia, inundada de agua y de basura, descomunalmente insegura, con un botadero instalado perturbadoramente en la zona de influencia de una reserva ecológica, sin orden, ni autoridad en el gobierno local de Maynas, incapaz de perfilar y ejecutar un proyecto de relleno sanitario.

La fiesta dominical también tiene como partícipes a nuestros congresistas por Loreto; uno que se dice financia campañas de varios colores y hace noticia por sus viajes continentales y -según un periódico-sentimentales con el dinero de todos; otro imputado por levantar de un plumazo el presupuesto para el alcantarillado-entubado de Iquitos en decenas de millones de soles cuando estuvo encargado de la presidencia regional en 2010; y otro más, recientito, saltando al podio de la fama dominical por préstamos agrarios utilizados en la construcción de un hospedaje que no devuelve hasta hoy, y por los nexos con la repudiable práctica de la prostitución infantil ¡el que acusaba de corrupción a la corrupción está metido en la corrupción!

¿Y nuestra región?: dolida, estancada, pobre, inconexa, retrasada, colera en los rankings de desarrollo y competitividad. ¿Y nuestra ciudad?: sucia, llena de basura, impresentable al visitante, bombardeada, inerte, insegura, de transporte caótico. Ambas, la región Loreto y la ciudad de Iquitos paralizadas por el desinterés de sus instituciones y de sus responsables, aprisionadas por la estulticia de dos bandos que hacen cachita a la pobreza con sus campañas millonarias, asaltadas por la angurria de quienes las desgobiernan.

Sí, somos famosos, pero ¡qué tal mala fama!