Sobre la belleza

Por Miguel Donayre Pinedo

Hay una escritora inglesa que me ha sacudido por la manera como se enfrenta a las historias. Las pequeñas calzan simétricamente con la historia mayor. Es Zadie Smith. Se aleja de los tópicos del multiculturalismo noño que azota en ciertas élites políticas culposas. Ella muestra que estos procesos no son idílicos, hay desgarros, armonizaciones como es la vida misma. Recuerdo que uno de sus personajes dice, más o menos, que su inglés se atemperó con el aporte jamaicano. Esa frase dice mucho. Es una contaminación mutua, se podría hacer una gran cartografía de los afectos. Su novela, “Sobre la belleza”, narra a dos familias. Una que vive en Boston, un inglés blanco casado con una afroamericana y con tres hijos, cada uno de ellos en sus propias batallas. El marido arrastrando infidelidades y ella viviendo con ese resquemor del adulterio [me sentí muy identificado con la sensibilidad de la mujer sobre la vida, “no es igual al hombre con que soñabas casarte con el que finalmente te has casado”, que podría ampliarse a los hombres también]. Y ellos son afines por las acciones afirmativas a favor de los negros y comulgan con la posmodernidad. La otra familia vive en Inglaterra, son negros ingleses y no creen en las acciones afirmativas a favor de los negros y de formación académica más clásica; sus hijos siguen la dirección contraria a las prédicas de su padre. Piensan que, las acciones positivas, son intervenciones que tullen a la gente. No espabilan a las personas. Sobre este hatillo de sentimientos e ideales transcurre esta gran novela. Atrévanse a dar un mordisco, lo disfrutarán.

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