El uso obligatorio de doble mascarilla y protector facial ha despertado el espíritu emprendedor de algunas personas. Como por ejemplo es el caso de Edy Gil Marín. Ella vive en Santo Tomás, se levanta a las 5 de la mañana para que llegue temprano a la puerta de la Municipalidad de Maynas y pueda vender los protectores faciales.

A ella le cuesta 3 soles, los vende a 5, ganando 2 soles por protector. Ella sale con dos docenas de protectores faciales y, en el mejor de los casos, regresa a su hogar con 48 soles.

Ella tiene cuatro hijos, todos menores de 15 años. Su esposo, al igual que ella, busca la manera de llevar dinero a diario. Según cuenta la señora Edy, él se gana la vida haciendo cachuelos, para poder llevar comida y así alimentar a sus hijos.