Piazza Antonio Gramsci
Por Miguel DONAYRE PINEDO
En un alto del camino en Cagliari tomando un café me puse a repasar el mapa y entre las plazas me tropecé con una muy significativa,la Piazzade Antonio Gramsci. Así que nos fuimos a por ella. No cabía de alegría de encontrar esa plaza con ese nombre, de un teórico marxista muy importante [Gramsci nació en Ales, Cerdeña]. Era sardo, así se les conoce a los habitantes de Cerdeña. Rápidamente pensé en el poblado literario de Isla Grande donde la desmemoria o amnesia es la que prima sobre todas las cosas ¿se imaginan una Plaza con el nombre de poeta Germán Lequerica? O ¿una plaza de la reconciliación en memoria de los indígenas muertos en el Putumayo? Así somos de torpes con nosotros mismos, echamos al olvido. Luego de atravesar calles donde respetan el paso peatonal [el civismo entra por estas reglas básicas de convivencia social] llegamos a la deseada plaza. Estaban árboles muy frondosos cubriendo parte de su perímetro. Una terraza ocupaba por jóvenes que hablaban sin gritar. Por las calles que rodeaban la plaza negocios, una pizzería, una perfumería. En un rincón un viejo señor sentado en una banca imperturbable a lo que pasaba por alrededor, con unos lentes oscuros que me recordaba a esos bien esculpidos personajes de Fellini. Me senté en una de sus bancas – en Cagliari hay bancas por todos lados para descansar y papeleras para no ensuciar la ciudad. Era una tarde de reposo, de memoria y de buen vino a la salud de este pensador universal.