La presión mediática de la derecha española es brutal. Es un grito que viene desde el fondo de la caverna. Es un bramido histérico. Es un aullido clamando sangre. En su saliva solo tiene venganza. Su hálito es contaminar todo lo que huela a diferente. Hay varios ejemplos al hilo como es el caso dl miedo, donde la Unión Europea, juega un papel de director de orquesta. Todo lo que no sea programas de ajustes es comunismo. Aquí ese sector ideológico se rasga las vestiduras con los regímenes como el de Venezuela pero olvidan de países donde el capitalismo no respeta derechos humanos que puede ser China u otros países. Allí callan, no lo condenan con energía. Casi no se les escucha, en muchos sus gobiernos venden armas. Algo así ocurre en la política local con la nueva Alcaldesa del Ayuntamiento de Madrid. Casi todo lo que hace es visto con doble lupa y luego sueltan rumores tóxicos con el malsano propósito de deslegitimar a la primera concejala de Madrid. Hay diarios que han sido creados solo con ese fin, muchos de ellos son diarios digitales – como peruano me recuerdan a los diarios chicha de la época funesta del fujimorismo. Un ejemplo de ello es que recientemente la Alcaldesa de Madrid ha logrado rebajar el déficit que hicieron los gobiernos conservadores – que para gastar el dinero público en obras faraónicas y favorecer a sus amigos no se cortan, y esa noticia de la reducción del déficit ni siquiera lo publicitaron (en estas omisiones y ausencias está también el diario El País, del grupo de la Prisa, como dice un comentarista tonto de derechas). Ha logrado también reducir asesores que estaban sobredimensionados en los gobiernos conservadores – para ellos lo público es un festín, tienen hambre y gula. Es una era de la desinformación y donde ganan, y siembran cizaña, estos los prebostes de estos medios de comunicación.