¿Cómo podemos salir de la situación de descomposición política en la que estamos envueltos? La primera impresión es que hay una suerte de anomia y caos. Donde ponemos el dedo sale pus, como decía un pensador peruano Manuel González Prada, en el siglo XIX, en la universidad bebía de sus páginas para entender al Perú de esos días y sentía, desgraciadamente, que poco había cambiado, seguíamos en los mismos vicios con pocas virtudes públicas ¿se aprovechó Sendero Luminosos y sus huestes de ese gran desajuste o brecha? Las caducas estructuras poco habían mudado, sufrieron un remezón con algunas de las políticas del chino Velasco pero luego volvieron al lugar donde estaban. Cambiar para que nada cambie. No hay día en que salga una nueva perla de la corrupción ¿Acaso vivimos una democracia adulterada?, ¿es el sistema político el que abre las puertas a la corrupción?, no hay sistema de control que pueda detener esta avalancha, huayco o tsunami de lodo que nos cae a diario. ¿Es el sistema económico el que ha pervertido los valores de la democracia? No nos hemos detenido a pensar hacia adónde vamos. Los actores políticos piensan que es una máquina que no debe parar, que debe seguir alimentándose de sinecuras, de trapicheos ¿debemos hacer algo? El otro día cuando salió la noticia de los pagos de Odebrecht a los integrantes de la clase o casta política peruana un pata peruano me comentaba, así funciona esto que se va hacer, casi ni pestañeo cuando me dijo esa frase tan peruana de conformismo. Entonces en un momento de arrebato le contesté, no sería mejor enseñar a los chicos y chicas en los colegios y universidades estas bribonadas porque así funciona el sistema y se acabó, seguro que nuestra vida social mejorará, le dije. Me miró con desdén. Me cuesta pensar que no haya una salida a tanta descomposición, ruego a San Antón que me equivoque.

https://notasdenavegacion.wordpress.com/