Charles no ha cambiado. Sigue siendo el mismo voluntarioso y frívolo de siempre.
ESCRIBE: Jaime Vásquez Valcárcel
Lo que está haciendo el Alcalde de Maynas en tierra, mar y aire en los cinco meses de gestión no debe sorprendernos. Ni a sus colaboradores cercanos ni a quienes votaron por su elección ni mucho menos a los que no le dieron su voto. Porque los viajes innecesarios y las invitaciones infructuosas son una constante en Charles Zevallos no de hoy sino de siempre.
Y si algo se puede abonar a favor de la autoridad es que en la campaña nos dijo lo que deseaba hacer y con sus poses y declaraciones nos mostraba el perfil de autoridad que íbamos a tener. Charles no ha cambiado. Sigue siendo el mismo voluntarioso y frívolo de siempre.
Por ejemplo, meses antes de octubre del 2010 dijo enfáticamente que si ganaba colocaría a dos norteños en la gerencia de Infraestructura porque le habían demostrado eficiencia en la Municipalidad de Punchana. Vaya eficiencia. Hoy no pueden arreglar el entuerto de la curva de Moronacocha a pesar que hacen lo que quieren con procesos exonerados y situaciones de emergencia. Gastan más de un millón de soles en esa obra y ahora le echan la culpa a la creciente y mañana le echarán la culpa a la vaciante. Pero ahí el Alcalde no nos mintió. Sabiendo lo hemos elegido.
Tampoco se andó con hipocresías cuando besuqueaba a las viejitas para darles una canasta con víveres. Un poco más y se besaba con sus aliados políticos y electorales en plena vía pública. Con eso inauguraba un nuevo estilo de campaña y nos adelantaba lo que iba a ser su gestión. Y cuando inexactamente explicaba esos besos clientelistas aduciendo que en la selva los indígenas se saludan así y que somos un pueblo alegre todos nos divertimos porque demasiada seriedad también nos ha hecho cierto daño.
Así que los viajes al exterior y los viajes a Lima para practicar parapente –como en exclusiva presenta fotos la edición de hoy de este diario- por lo menos a este columnista no le sorprende. Charles es así. Así lo elegimos, en plural, porque nos guste o no es nuestro representante. Y en menos de un semestre ha dado la clave de lo que será su gestión: un eterno vuelo, ya sea en avión o en parapente. Porque el poder municipal le da más oportunidades para conocer el mundo pero en el fondo sigue siendo el mismo Charles de siempre: Divertido e irresponsable con el pueblo que lo eligió.