200 Cerbatanas

Los políticos tradicionales (llámese Alan García, los Fujimori, Lourdes Flores, Alejandro Toledo PPK, etc) creen que para ser depositario de la voluntad popular, deben existir ciertos rasgos o acciones que catapulte a un político a la escena nacional. No se resignan a que una figura nueva como Julio Guzmán, así de la nada y haciendo poco, se convierta de pronto en una seria posibilidad de llegar a la presidencia.

Ahora que Julio Guzmán está con un pie fuera de la contienda, la mayoría de ellos estarán empezando a afilar los dientes para comer los posibles retazos de la torta electoral que mantenía la denominada “ola morada”.  Aunque es muy poco probable que esto suceda, porque, si algo diferente tenía Guzmán del resto del escaparate principal electoral es que era, precisamente, diferente y nuevo y por eso, entre otros temas, enganchó con un sector joven y adulto.

Lo más probable es que esos votos migren a alguien con esas características. Sin embargo luego de este vaivén de espera para ver cómo se recompone el nuevo panorama electoral, lo que ha sucedido con estas decisiones del Jurado Nacional de Elecciones y los reproches de los candidatos hacia las actitudes beligerantes de Guzmán y su decisión de pelearla hasta el último, es precisamente añadirle la gesta o el perfil político que le faltaba para ocupar el escenario nacional en los siguientes años.

Después del nuevo performance político a raíz de Fujimori, muchos de los que lo han sucedido han necesitado de estas gestas que suelen ser como caballos de Troya ingresando al escenario político. Toledo lo tuvo con la marcha de los cuatro suyos, Humala con el Locumbazo y el turno de Guzmán podría constituirse con esta denominada marcha nacional por la democracia o protesta permanente para hacer prevalecer su candidatura.

Sin embargo los ánimos no son los mismos. No hay democracia que recuperar y las redes sociales hasta ahora, por más indignación que transmitan, aún no se trasladan a las calles. Es decir, el apoyo a Guzmán es básicamente digital o virtual. Si es que no logra aglutinar a un contingente que haga temblar a esas “oscuras artes judiciales” de las decisiones en torno a las figuras nuevas en la política, Julio Guzmán tendría que esperar por lo menos unos cinco años más.

elescribidor3@hotmail.com

1 COMENTARIO

  1. La gente no piensa… señores Julio Guzman es el candidato financiado, puesto por NADINE HEREDIA Y SU MARIDO.

    No se imaginan el pánico que siente NADINE de solo pensar que el nuevo gobierno hará que sea juzgada con el debido proceso y por tanto, podría ir a la cárcel. Solo su marido no puede ser juzgado hasta despues de cinco años de culminado su periodo.

    Como dice Mariategui, tenemos un ELECTARADO DE RIPLEY.

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