Ha llamado poderosamente la atención y ha indignado a la población peruana lo que ha sucedido en esta cadena de comida rápida o comida chatarra Mc Donald”s en el distrito de Pueblo Libre en Lima. A raíz de la muerte de esta joven y humilde pareja se ha desnudado una serie de deficiencias en las empresas formales cómo esta y se ha generado una serie de denuncias que demandan fiscalización en cadenas similares.

Como sucede siempre, los alcaldes se han recordado de pronto que una de sus funciones principales es la fiscalización de estos locales y han salido ha empapelar cual restaurant se han encontrado al paso. Mientras dure la fiebre, la indignación y el treiding topic en redes, vamos a ver estas escenas de presunta fiscalización, luego van a terminar los flashes y la muerte de Alexandra y Carlos  van a ser parte de la estadística.

¿Se hace política funesta o hipocresía pura atacando esta situación? Todo parece indicar, además en nuestro país no sería extraño, que sí. Primero porque si realmente hubieran asumido el rol de prevención en los municipios, tal vez hubiera podido evitarse que estos cables estuvieran expuestos o que los trabajadores tengan la implementación de seguridad respectiva. Pero esto es sólo una pequeña parte de la injusta legalidad laboral en la que se basan estas empresas para contratar mano de obra joven y barata.

La historia completa es que hay millones de jóvenes en peores condiciones laborales que seguramente trabajan en miles de centros informales en la jurisdicción de todos los municipios del país. Para ellos no hay exposición mediática si es que no se convierten en números de fallecidos por imprudencia. Tendrían que tener una exposición cómo la que tuvo el joven que murió en un conteiner en Mesa Redonda en Lima a finales del año pasado que fue transmitido, para recordarnos lo miserable que puede ser la muerte en el Perú, en vivo y en directo.

Todo esto parece que forma parte del caldo de cultivo que está sumándose en el país y que en algún momento va estallar en el tiempo que menos calculamos. Una tarea fundamental de los que lleguen al Congreso (a pesar que tampoco para esto hay animo ciudadano) es reformular los parámetros legales en cuanto a la legislación laboral y no creerse el cuento de modernizando estos derechos espantamos la inversión.

Los agoreros del espanto que publican en millonarias portadas de medios que no pueden pronunciar Mc Donald”s, hablan ahora de las millonadas que generan estas cadenas de comida en el país, generándose un presunto riesgo si se molestan con esto de hablar de las muertes al interior de sus cocinas. Si se van del Perú seguramente habrá algún empresario audaz (para eso los peruanos son expertos) que suplirá el vació comercial de mercado que dejarán.

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