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Escribe Héctor Tintaya Feria

Hay una especie de buscar los milagros en las últimas semanas que se están definiendo las alianzas políticas de cara a las elecciones de abril del 2016. Aunque algunas son contranatura y revela no sólo una desesperación por una cuota de poder, sino una ausencia total de estrategias o mecanismos de sintonía popular y trabajo político con la intención de consolidar una propuesta. Esto puede ser también considerado una herencia del último gobierno. Muchos pueden tener este razonamiento: si un aventurero (o dos) pudieron hacerse del poder con un discurso a tono y coyuntural, porqué no, alguien que está en política durante varias décadas.

Y no importa consecuencia, pensamiento ni ideología. En realidad hace varios lustros esto es irrelevante para crecer electoralmente. Sin embargo loe menos en el Perú guardaban cierta esperanza en ciertos personajes. Lourdes Flores Nano, Susana Villarán, Anel Towsend. Todos ellos procedentes de sectores progresistas e impulsores de grandes causas que ahora se han enrolado en listas que, lo peor de todo, no van tener el mayor éxito electoral. No  sólo podrían ser tontos útiles sino, de sucedes una sorpresa electoral y sus listas de algunos de ellos saldría, seguramente serían furgón de cola y un espejismo políticos que no tendría ningún peso dentro de la lista en la que se encuentran.

El más doloroso podría ser el caso de Lourdes Flores. Me temo que la navidad no la va ser suficiente para reflexionar y dar un paso al costado si es que en los próximos días no despega, como todo apunta, esta alianza con Alan García. De suceder esto, evidentemente constituiría una doble torpeza en tan poco tiempo y, de ser considerada una frustrada candidata nacional pasaría a ser una cándida política que evidentemente arrastraría a su agrupación política a la extinción.

Ante este panorama la situación parece de incredulidad frente al pelotón de los candidatos en escaparate, parece Keiko Fujimori la tiene más fácil aún. Hasta ahora no hay candidato que aglutine una opción cercana a intentar mellarla. Aunque Acuña crece sostenidamente, esta subida parece un hipo frente a las distancias que la separan de la candidata. Y entre los de abajo, parece que hay un concierto de hacerlo quedar mal a él, antes que a cualquiera, los medios de clara tendencia, están haciendo su trabajo y parece que esto hace más difícil despegar al candidato de Alianza Para El Futuro.

Todo esto parece presagiar que no habrá milagros en navidad en términos políticos, al menos por ahora. Tal vez ese intento que hace Julio Guzmán Y Verónika Mendoza a través de las redes sociales cale en la inocencia militante de los cibernautas y se traslade, como por arte de magia, a las intenciones reales de votación y estos candidatos se transformen en el dúo que debate el futuro del país en los próximos meses. Dos de los más puros ideológicamente hablando. Uno de derecha y la otra de izquierda, ambos consecuentes con lo que piensan y sin mayores flancos ni antecedentes penales.

Evidentemente sería un verdadero milagro de navidad, lamentablemente los menos incrédulos para los milagros son los propios peruanos a quienes mayoritariamente les gusta el masoquismo de un elenco que ya conocemos se disputará una vez más ese privilegio de ser el mal menor.

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