ESCRIBE: Jaime Vásquez Valcárcel

La Iglesia Católica es una de las más grandes transnacionales que en nombre de Dios hace diabluras. Como está conformada por seres humanos y, ya sabemos, lo imperfecta que es la especie. Y las pugnas, intrigas y traiciones son el pan nuestro de cada día por eso que el marxismo –el opio del pueblo para algunos religiosos- repite hasta la saciedad: “salvo el poder todo es ilusión”. Y en Iquitos, como en cualquier rincón del mundo los sacerdotes –que tienen dotes de empresarios- forman empresas a veces con la fallada de entidades sin fines de lucro. Y están en ventaja comparativa y competitiva con empresas del mismo rubro que ellos dirigen.

El Vicariato Apostólico de Iquitos tiene varias entidades que generan ingresos. A pesar que, como cuenta el p. Avencio Villarejo en sus memorias, la creación del primer semanario parroquial se hizo con fines informativos para que la gente supiera en qué se gasta el dinero que se recibía para la remodelación y modernización de la Iglesia Matriz, la fundación de medios de comunicación no sólo sirven para difundir la doctrina de la Iglesia sino para generar recursos que sirva para propagar la misma. “El buen Consejo” se llamaba ese semanario que también era el nombre de la librería que la Iglesia tenía vecina a la Matriz. Allí aparecían las colaboraciones del p. Silvino Treceño Ríos con el seudónimo de “Fernández”. Después vino “Verdades Cristianas” para luego dar paso a “Kanatari”. En radios el Vicariato de Iquitos es propietaria de Radio Ucamara de Nauta y copropietaria de LVS Digital. Todas esas empresas merecen artículos aparte por las funciones que desempeñan, los encargados que las manejan y las exoneraciones de las que gozan. Para realizar sus operaciones crean institutos o centros de estudios que de alguna forma son fachadas empresariales que acumulan bienes materiales.

No hay duda que esas empresas fueron creadas con el propósito de difundir los principios de la Iglesia Católica. Pero también para no morir en el intento han recurrido a la cooperación internacional y a las bondades comerciales que la condición de medio de comunicación y de vínculo con la Iglesia Católica les brindaba. Quizás la situación de inequidad con otras empresas del mismo rubro sea una contradicción para una entidad que busca la justicia y promueve el trato equitativo. Según el p. Joaquín García, el Centro de Estudios Teológicos de la Amazonía (CETA) -fundado en l972- se creó para la reflexión teológica y pastoral y la formación de los laicos y agentes pastorales. También ofreció –según el mismo sacerdote- servicios a toda la Amazonía en cursos vacacionales intensivos para educadores en la fe y maestros. Evidentemente esas cosas no hace el CETA actualmente, publica el semanario “Kanatari” y aunque el obispo Julián García Centeno se empeñaba en aclarar que siendo del Vicariato no tiene la voz oficial de la Iglesia, es evidente que su vinculación clerical le da preferencias que otros medios no gozan y exoneraciones que otras empresas no disfrutan. El Instituto de Promoción Social de la Amazonía (IPSA) –creado en l973- pertenece al Vicariato de Iquitos y al de San José del Amazonas, maneja Radio La Voz de la Selva, fusión de la antigua Emisora Mariana (Iquitos) y Radio San José (Indiana) en tres frecuencias, AM, FM y Onda Corta. Según el mismo García Sánchez “ofrece una comunicación alternativa popular con propuestas de participación de las poblaciones del interior y una red de corresponsales”. Es evidente –o audible- que esa definición teórica no coincide con la realidad porque dicha emisora se beneficia de su vínculo con la Iglesia Católica para exoneraciones que otros medios no tienen. Y ha hecho de ese vínculo un disfraz para convertirse en una emisora comercial con vicios y costumbres que bien podrían ser considerados pecados. Es de alguna forma la hermana gemela del CETA con la que se ha distanciado por incompatibilidades de fondo y forma. Y por lo menos en una de ellas la Iglesia tiene la propiedad pero no la potestad para señalar que los postulados cristianos deben ser siempre compatibles con la práctica cristiana.

El nuevo obispo seguramente continuará las obras de su antecesor. Pero tendrá que hilar muy fino en cuanto a las acciones de las empresas que pertenecen al Vicariato porque quien esto escribe está convencido que buena parte de los problemas de imagen y credibilidad del Clero loretano son causadas por entidades que se han alejado del fin para el que fueron creados y han hecho de “el fin justifica los medios” una frase con la que se despiertan cada mañana sin importarles que son medios de la Iglesia y que eso les da parámetros que otros no tenemos.

1 COMENTARIO

Los comentarios están cerrados.