Los cuervos

Por Miguel Donayre Pinedo

Las emociones en el ámbito público hay que tener cautela al manifestarlas, no hay que enlodar la vida pública si no estaremos haciendo un mal uso de ella. En Ruanda, las emisoras de radio con un verbo agresivo y de odio hacia un enemigo en concreto dio paso a la noche de los machetes donde murieron personas [miles] de la etnia quien era considerada contraria a ella. En Cataluña, la derecha y los sectores nacionalistas agitan en cada elección política la xenofobia y el racismo, no tienen cura y más ahora cuando son socios en el gobierno de esa Autonomía, son repugnantes. En el ámbito español la derecha siempre ha movido acciones contra los inmigrantes por más que sus candidatos se tomen fotografías con negros y sudacas [el gobierno de Zapatero hostiliza a los inmigrantes casi a diario a través de la policía]. Ese es el fantasma que se reaviva en Europa: el racismo y la xenofobia. Por eso no me parece nada extraño que en Noruega, un noruego de “pura cepa”, como dijo la policía, empuñara un fusil y a mansalva haya matado a jóvenes socialdemócratas. Siguen usando a los inmigrantes en el ámbito público como arma arrojadiza: generan más gasto a la seguridad social, quitan trabajo a los españoles [y ellos mismos no quieren limpiar el trasero a sus propios viejos], se nacionalizan muy rápido entre otras estupideces que repiten los medios de comunicación y la gente. Quien cría cuervos, le sacaran los ojos, menta el refrán. Y estos cuervos avanzan sigilosamente y  miran para otro lado.