La memoria histórica puede ser selectiva y de hecho lo es. Uno recuerda lo que no olvida. La pueden acusar, a la memoria, de subjetiva, parcial, de testimonio de parte. Pero gracias a esos testimonios se pudo saber lo que ocurrió en Auschwitz, Mauthausen y otros campos de concentración. Los testigos fueron claves en las matanzas de Camboya ejecutada por Pol Pot y sus sangrientos secuaces. Los testimonios de los victimarios fueron clave en la Comisión de la Verdad de Suráfrica. Más cerca de nosotros, los desgarrados testimonios de sobrevivientes de las matanzas de Sendero Luminoso ante la Comisión de la Verdad y Reconciliación de Perú o en la Comisión de Esclarecimiento Histórico de Guatemala nos dimos una idea de la dimensión de la violencia que estaba cerca de nosotros. Hace poco pasaron un reportaje de los hijos de desaparecidos de la guerra civil y la dictadura de Franco en España, pedían que exhumaran los restos donde posiblemente estén sus padres, madres, hermanos o familiares. Los testigos solo pedían justicia y dignidad. Bajo el supuesto que los testimonios sean parciales hay un argumento insostenible contra aquellos que niegan la justicia de estas personas desaparecidas sería el caso de la dignidad humana. Aquí en España se ha aplicado una justicia de perdón y olvido absoluto. Obviando el derecho a la justicia, el derecho a la verdad y el derecho a la reparación – el tratamiento de la reparación adolece de una aproximación desde los derechos humanos, por ejemplo.  Es por eso que causa indignación escuchar que un joven partido de derechas (de nombre Ciudadanos, olvidaron a las mujeres) sobre el tema de la memoria histórica sostiene que no hay que abrir las heridas y que la transición hizo un gran esfuerzo por cerrarlas. Visto así  un argumento débil y carente de empatía. Primeramente, es que las heridas están abiertas no se han cerrado o han sido mal cerradas. Y la transición política buena en su momento pero perjudicial o insuficiente en el tiempo porque carece de justicia. Cuanto le cuesta a la derecha de este país y al partido socialista, en su momento, dar paso a la justicia de los jurídicamente desaparecidos. Seguro que si dan esa marcha hacia adelante de reconocer esa justicia cerraremos las heridas.