No representa a los loretanos

Escribe: Jorge Martín Carrillo Rojas

Si hay algo a lo que estamos acostumbrados los peruanos, es a las sorpresas que se conocen desde el poder legislativo. El Congreso de la República siempre será el epicentro de declaraciones, acusaciones, noticias y los siempre sorprendentes proyectos de ley.

Fue precisamente un proyecto de ley que ha generado toda una serie de posiciones, en su mayoría críticas, no solo de los congresistas, sino de los usuarios en redes sociales. Se trata del proyecto de ley presentado por la legisladora Tamar Arimborgo, de Fuerza Popular y además representante de Loreto, ante el Parlamento nacional.

El proyecto de ley plantea retirar de las políticas públicas, llámese textos escolares, el enfoque de género, pues éste podría generar cáncer o SIDA. Así como lo lee, no es broma, uno podría decir que la propuesta es una cosa de locos, y creo que sí lo es.

En forma inmediata las reacciones han sido de críticas hacia la legisladora, la que en una primera reacción ha defendido su proyecto, indicando que los padres deberían revisar los textos escolares que les entregan a sus hijos y otra serie de precisiones, que terminan por dejar como impreciso lo planteado por la legisladora.

Más allá de la religión que profesa la legisladora, llama profundamente la atención escuchar la defensa de Arimborgo. Este columnista entrevistó junto a otros colegas a la parlamentaria y si algo se nos pasó preguntarle si tiene amigos gay, transexuales, bisexuales, lesbianas u otros, o simplemente es homofóbica. Si su respuesta fuera que es homofóbica, se entendería el motivo de su proyecto de ley.

Pero algo grave que no acusó la legisladora es pensar cómo habrán recibido este proyecto de ley personas que padecen de cáncer y SIDA. Acaso para la congresista estas personas no cuentan o se excusará con una posición incomprensible.

Si algo debe servir de la propuesta de la congresista Arimborgo, es para que los electores conozcamos un poco más de quienes aspiran ser candidatos. Gracias a Dios, ya no habrá reelección de parlamentarios, eso evitará ver a la actual legisladora tentando una reelección.

No es culpa de la congresista que haya llegado al cargo que hoy ostenta, es culpa de quienes dirigen los partidos políticos, pero por sobre todo de aquellos electores ciegos o fanáticos que llevan a un poder del Estado a personas, de las que en principio, no se sabe a qué género pertenecen. Por cierto, la legisladora Tamar Arimborgo, sabrá a qué género representa, porque dudo que represente a los loretanos.  

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