En vez de apropiarse del pollo con tallarín, del aguadito solidario o no, del sopón motocarrero, del juane a domicilio, del atún del adulto mayor  y de cualquier otro potaje que interviene directamente en las campañas políticas, a un candidato de marras de estos pastos y quebrantos se le ocurrió la peregrina iniciativa de servir a los posibles votantes  un preparado infantil. El mismo fue  inventado por las madres del distrito de San Juan y que recibe el nombre de zapallito feliz. El afamado plato, que es una mezcla  de zapallo y papa, causó furor en una reunión política donde había más adultos que otra cosa y fue para muchos como volver al tiempo de la niñez.

El candidato del plagio del preparado no consultó con nadie, no pidió ni permiso ni autorización ni a su suegra y tampoco pagó algo para usurpar la creatividad ajena. Todo le salió gratis y, al parecer,  el hecho de que se sirviera a los adultos un preparado para niños, le dio cierto jale y el potaje causó furor en la disputa por puestos y curules.  En cada cita era notorio el interés de la gente por degustar esa delicia y hubo casos en que estallaron protestas debido a que algunos se quedaron  sin su ración   de campaña.

En faenas de comilonas andaba el candidato cuando en la capital peruana apareció una querella en su contra.  La ministra Paola Bustamante denunció al candidato por apropiación ilícita de un bien gastronómico,   En su visita a esta ciudad la alta funcionaria había encontrado el potaje por casualidad y dijo que  iba a prepararlo para darle a su hija de seis meses. En esa novedosa alimentación andaba la ministra cuando le llegó la noticia sobre el uso ilegal del plato a base de zapallo y papa. El impostor fue  condenado a pagar una fuerte multa y a dejar de utilizar el preparado inventado para los infantes.