Hace unos años se supo de la trágica muerte del líder indígena Edwin Chota en Ucayali, su oposición a la tala ilegal conllevó su brutal asesinato, era un líder comunitario que defendía los bosques ante la codicia extractivista. Así como él muchos líderes en América Latina vienen sufriendo asesinatos de parte de sicarios vinculados a empresas o empresarios relacionados con proyectos que amenazan los recursos naturales. He releído el Convenio Escazú que tiene como precedente en Europa el Convenio Aarhus  sobre acceso a la información, participación del público en la toma de decisiones y acceso a la justicia en materia de medio ambiente, y he contrastado con las opiniones de los opositores – parece una broma trágica- cómica que ningún Gobernador amazónico apoye la ratificación del Convenio apelando a opiniones realmente preocupantes, por su ignorancia, dado la posición que ellos ocupan. Realmente, los argumentos esgrimidos por los opositores tienen el propósito de contaminar el debate y no dialogar. Muchos refunfuños. Señalan que atenta contra la soberanía nacional, creo que más bien la fortalece al espolear el convenio a los estados a realizar un esfuerzo de dotar de institucionalidad y transparencia a un sector muy opaco como es el de los recursos naturales en esta parte del hemisferio sur. Es conocido por todos que en el tema ambiental es poco transparente en esta zona del mundo que sufre los embates de la “sociedad de la externalización”. Para que la ciudadanía del norte pueda gozar del bienestar es a costa de tener a bajos costes (además de pobreza e inseguridad) los recursos naturales en los países del sur económico. Por ejemplo, miren lo que ocurre en África con los minerales que son usados para los móviles/ celulares a costa de saquear al país exportador de materias primas o de las capsulas de aluminio para tomar el café, muy sonrientes, cada mañana en algún hogar europeo o de Estados Unidos de América. Algunos opositores argumentan que el Convenio frenará las inversiones ¿por qué frenarán las inversiones? ¿Por qué se les exige transparencia? Acaso no es mejor para una empresa o empresario que su inversión cumpla con la legalidad y no tuviera reproches cuando lleguen al mercado ¿ellos o ellas prefieren la informalidad como las dragas en los ríos Nanay o Napo o la minería altamente contaminante en Madre de Dios? Además, el convenio protege a los líderes ambientales dado la situación de desprotección y vulnerabilidad en que se encuentran, quiero pensar que las empresas o sus titulares, no creo que se opongan a estos artículos. Es lamentable, que en este débil debate, propio de nuestro nivel de democracia, haya más bulla que razones en la oposición al convenio Escazú.

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