Por Miguel Donayre Pinedo
En un país de una costra católica y de poco diálogo como España (esa misma seña de identidad adolece Perú, según Alberto Flores Galindo) cualquier debate o situación se polariza de un modo preocupante que puede llegar a las manos. Así pasa en los deportes. No hay nada peor para un culé que Mourinho [los reporteros de TVE en deportes son culés y pueden dar muestra de ello] y nada más aberrante para un madridista que el nacionalismo de Guardiola [recordemos que todo nacionalista es totalitario, ojo Humala). Así se fabrican los santos y demonios. Solo hay flores y bendiciones para Guardiola cada día, se ríen de sus payasadas y tonterías. Más cuando cada conferencia de prensa de él es una prédica de ética bufa. Es casi un santo a días de canonizarlo, dijo que orinaba perfume y le reían la gracia. Hay un programa cómico catalán que no hay noche que haga un chiste con Mourinho, les pone nerviosos. En cambio, al otro lado, está Mourinho y el Real Madrid. Los supay o diablos de cuernos y tridente. Los resultadistas. Lo que ven solo dinero. Les importa un pito la cantera. Ambos bandos deberían leer la Lope de Vega seguro que tendrán una óptica diferente en esta mala pieza de teatro que se han convertido los deportes.
apreciado amigo, los deportes profesionalizados y entre ellos el futbol es uno de los negocios mas grandes que son tales los reditos que tranforman un santo en u n diablo y el mismo en un santurron. El mercantilismo de las gramados , el capitalismo de los buffet que dirigen los clubes solo cuentan las ganancias dentro y fuera del gramado, todo esta hecho para lucrar, el internet, la television, las marcas , donde los entrenadores y los futbolistas son medios para enriquecerse y entorpecer multitudes, un partido, un gol al final funcionan como somniferos ante la crisis de europa, ahora con minuscula, imagino que el periodismo deportivo le vendra bien en un pais con parados que va hacia el abismo empujado por su propia clase politica y anestesiado con el futbol para una analgesia popular. amen.
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