El periodista paleto

Por Miguel Donayre Pinedo

El diario “La Razón”, de España, es un diario conservador nada serio. Es un hábitat y refugio de especies en peligro de extinción dela Españacañí, como se dice por aquí. En sus páginas interiores se podía leer hasta hace muy poco anuncios de prostitución, que el actual gobierno ha tratado de frenar y que los propietarios de los medios de comunicación han puesto el grito al cielo porqué le cerraban una fuente de ingresos muy fuerte para su subsistencia [el diario de talante, presumiblemente, progre como El País anuncia este tipo de prostitución, el ABC de tinte conservador por el mismo sendero y El Mundo de liberales casposos que comulgan con el Tea Party alberga en sus páginas este tipo de publicidad]. Con estos datos tan superficiales ¿podríamos colegir y concluir que los diarios de España apoyan y promueven la prostitución?, sería una estupidez. Como estúpido fue el periodista que puso como titular, “Iquitos, la ciudad prostíbulo”. Se observa a leguas su experiencia paleta como periodista. Con la información más simple elaboró una banal noticia, de cantina. Así andan los códigos deontológicos en esta parte del mundo, por los suelos y pisoteando los libros de estilo. Aquí en España, hay mafias que andan metidas en la trata de blancas, explotación sexual de menores, pederastas que muchos de los cuales, anuncian en los diarios ya citados. No se me ocurriría deslizar en la gacetilla de un diario que estos medios de comunicación son parte de esta mafia. Es un tema donde es fácil resbalar.

1 COMENTARIO

  1. Duele a veces titulares, sacados de la manga de un mago que no tiene recursos.
    Estan cometiendo demasiados erros, aquellos que con la pluma y la lengua se ganan el sustento desnudando toda la falta de escuela y la mayor de veces de buen senso.
    En Espana , la prostitucion si duele, hiede por ser un «gran negocio» luego de la caida del muro de Berlin y la perestroika. el hambre se resolvio por la via genital, el dinero en cualquier moneda no tiene «valores».
    Escribir algo mas, es correr el riesgo de aquellos magos mediocres de circos de letras inutiles, afincados en la prensa citadina.

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